Elena Pérez Gil, pediatra del Centro Médico Quirónprevención El Sardinero, lo tiene claro: "Es importante que la adaptación a las rutinas sea progresiva".
La vuelta al cole ha llegado y, con ella, toda una serie de problemas de adaptación después de ese periodo vacacional que, dice la doctora, "es muy necesario para relajarse, disfrutar y flexibilizar las normas".
Pero para que la rutina no llegue de golpe en septiembre, ni abofetee a niños y adultos, lo mejor es, dice, empezar a aclimatarse a ella "un par de semanas antes". Aunque, claro, a veces a las familias no les da tiempo.
"Debemos ir retomando horarios de comidas, de sueño, comenzar a realizar tareas escolares sencillas como leer un rato, escribir o hacer alguna operación de matemáticas…", insiste. Así, los más pequeños irán "ejercitando la capacidad atencional paulatinamente".
Además, recuerda, es el momento de poner a punto el cuerpo de nuestros hijos. Por eso, su consejo es sencillo, pero vital: "Dieta sana y equilibrada, rica en frutas y verduras y deporte para mantener nuestro sistema inmunitario fuerte".
Este proceso de adaptación, explica Gil, debería llevarse a cabo dos o tres semanas antes del inicio escolar. Así que finales de agosto o principios de septiembre sería el momento ideal para empezar a entrenar la rutina.
Si este año no es posible conseguirlo, estos consejos sirven para el curso que viene. De todas maneras, el noveno mes es el ideal para, poco a poco, recuperarse de la desconexión estival.
Volver a dormir
Una de las piedras angulares del buen desarrollo del año escolar son los hábitos del sueño. Y Gil advierte: "Las vacaciones son para relajarse, pero no se deberían romper del todo".
Y es que, insiste, "una buena calidad del sueño es fundamental, porque es el momento donde el cuerpo se repara" y "se libera la hormona de crecimiento".
Por eso, alerta de que "una mala calidad del sueño puede conllevar problemas atencionales, irritabilidad, trastornos del aprendizaje y falta de crecimiento".
Cada cual duerme lo suyo
Gil recuerda que, como los adultos, no todos los niños necesitan las mismas horas de sueño. Pero sí hay una suerte de horquillas orientativas.
"Un recién nacido duerme entre 16-18 horas; a los 2 años, unas 13"; de los 3 a los 5, entre 10 y 12 horas; de los 6 a los 10, alrededor de 10 horas; y los adolescentes, entre 8 y 10 horas".
Menos de eso, para cualquiera de las franjas, implica no dormir lo necesario.
Comer bien en el cole
El verano también desbarajusta la dieta de cualquiera, incluidos los más pequeños. Por eso, Gil recomienda tener claros ciertos aspectos gastronómicos de cara a la vuelta al cole.
Por un lado, dice, "un desayuno saludable debe contener un lácteo (leche, queso fresco…), cereales integrales (pan, cereales en copo sin azúcares añadidos…), una fruta (mejor entera que en zumo) y acompañamiento para el pan (tomate, aguacate, aceite de oliva…)".
En el caso de la merienda, esta "dependerá de lo que haya comido el resto del día para hacer una dieta variada y equilibrada (lácteos, frutos secos, bocadillo pequeño con alimentos saludables, fruta…)". Lo importante, asegura, es evitar "los alimentos procesados ricos en grasas y azúcares".
Un desayuno equilibrado es esencial para el buen rendimiento escolar.
De todas maneras, lo que Gil considera un gran error —a pesar de ser muy común— es que los niños "vayan al cole sin desayunar", pues "afecta a su rendimiento". Y lo pone al mismo nivel que darles "un exceso de grasas saturadas y azúcares, como bollería o zumos de caja".
Adaptarse emocionalmente
Para algunos niños, la vuelta al cole es sinónimo de nerviosismo más que de ilusión… o incluso de ansiedad.
Por eso, Gil recomienda abordar la situación con ellos a través de una buena comunicación y "encontrar el canal en el que nos expresen sus miedos, a veces con cuentos, otras con ejemplos de otros niños o con dibujos".
También, insiste, es importante "contarles experiencias propias" y brindarles "opciones posibles para resolver conflictos". De esta forma, "validamos sus sentimientos y les ofrecemos herramientas para afrontarlos".
Pero, ¿cómo saber si tu pequeño está llevando mal la vuelta al cole? La pediatra insiste en que "generalmente los niños, fundamentalmente los más pequeños, somatizan sus emociones".
Por eso, hay síntomas de alerta, como "los problemas de insomnio, dolores de cabeza o abdomen, diarreas o estreñimientos, volver a hacerse pis cuando estaba controlado…".
Asimismo, algunos "están más irascibles y se enfadan más por cualquier cosa". Así que Gil recomienda explicarles a los niños "cómo van a ser las cosas" cuando empiecen las clases, pues eso les hace sentir "más seguros".
Es vital que les mostremos "nuestra seguridad de que están completamente preparados y tienen capacidad para afrontar el nuevo curso".
"Explicarles cómo van a ir, qué profesores van a tener, que nos ayuden a preparar los libros o el material escolar, coincidir con algún compañero del colegio y comentar lo que van a hacer juntos el próximo curso, hablarles de historias de cuando nosotros éramos pequeños…". Todo ayuda.
Aunque lo que más les reconforta es que les mostremos "nuestra seguridad de que están completamente preparados y tienen capacidad para afrontar el nuevo curso".
