La industria de las atracciones y el ocio tiene un impacto difícil de igualar. Cada año, millones de personas visitan parques de diversiones, museos, acuarios y otras experiencias inmersivas. Este flujo constante no solo genera impacto económico, sino que convierte a nuestro sector en un altavoz único para inspirar comportamientos sostenibles y concienciar a comunidades enteras.
La sostenibilidad en el ocio ya no es un tema accesorio, sino un imperativo. El cambio climático, el uso intensivo de energía, el consumo de agua, los materiales y la gestión de residuos nos obligan a replantear cómo operamos. Reducir riesgos y asegurar el valor a largo plazo dependen hoy de decisiones firmes.
El desafío es complejo, pero también estimulante. Nuestros visitantes esperan que los espacios de ocio reflejen sus valores. Del mismo modo, empleados, reguladores e inversores demandan acciones responsables y medibles. La sostenibilidad se ha convertido en un requisito previo para operar, más que en un gesto de buena voluntad.
Este cambio de expectativas abre, sin embargo, una oportunidad extraordinaria. La innovación en eficiencia energética, el rediseño de experiencias con criterios sostenibles y la integración de materiales responsables, no solo reducen la huella ecológica: también elevan la experiencia del visitante. La sostenibilidad bien entendida no resta magia; la multiplica.
Algunos ejemplos de innovación ya marcan la pauta. Desde parques que reutilizan el agua de atracciones para riego hasta espacios que generan su propia energía renovable, el sector comienza a demostrar que diversión y sostenibilidad no son opuestos. Son, de hecho, dos caras de la misma moneda en un mundo consciente de sus límites.
Los beneficios son tangibles. Reducir el consumo energético y de recursos naturales incrementa la eficiencia y mejora la rentabilidad. Al mismo tiempo, los visitantes reconocen y premian a las marcas que se alinean con sus valores, fortaleciendo la lealtad y consolidando la reputación. En un mercado competitivo, esta ventaja resulta crucial.
El ocio sostenible no es solo una estrategia ambiental; es también social. Las atracciones generan empleo, dinamizan comunidades y tienen la capacidad de educar. Cada visita es una oportunidad para transmitir mensajes que vayan más allá de la diversión inmediata y conecten con la urgencia de cuidar el planeta.
En este contexto, IAAPA, la asociación internacional que agrupa a la industria del ocio y las atracciones, desempeña un papel central. Y este año con su IAAPA Expo Europe 2025 que se celebró en Barcelona del 22 al 26 de septiembre, tuvo como objetivo compartir conocimiento, guiar buenas prácticas y amplificar historias de éxito, que son piezas clave para acelerar la transición hacia un modelo donde la sostenibilidad y el entretenimiento vayan de la mano.
La sostenibilidad en el ocio es, en definitiva, una responsabilidad compartida. Empresas, instituciones y visitantes tienen un rol en este cambio cultural. Si aprovechamos nuestro poder de convocatoria para inspirar a millones de personas, podremos demostrar que los grandes momentos de diversión también pueden ser motores de transformación positiva.
El futuro del ocio sostenible ya está en marcha. El reto consiste en pasar de las declaraciones a la acción, de las buenas intenciones a los resultados medibles. Porque en la industria del entretenimiento, como en la vida, la diversión más auténtica es aquella que no compromete el mañana.
*** Ylva Linder es directora global de sostenibilidad IAAPA.