En los últimos años, hemos visto cómo la sostenibilidad ha pasado de ser un imperativo legal para convertirse en un valor estratégico y diferencial para las compañías.
Así lo confirma nuestro estudio El estado del reporting de sostenibilidad en Europa: el 84,3% de los profesionales sénior de la sostenibilidad en nuestro país ahora ven el reporting como un motor de innovación y ventaja competitiva. Además, la sostenibilidad impulsa la resiliencia y el liderazgo en el mercado.
El reporting tiene un papel clave en la consecución de una sostenibilidad real para las empresas, ya que aporta transparencia, permite el acceso a nuevos mercados, abre oportunidades de inversión sostenible y facilita la mejora continua gracias a la medición constante.
Sin embargo, aunque las empresas europeas están adoptando cada vez más los informes de sostenibilidad, el ritmo no es el mismo en las diferentes regiones. Lo que se traduce en un gap de madurez en infraestructuras digitales en todo el continente.
Reducir esta brecha digital no solo nivelaría el acceso a herramientas tecnológicas avanzadas, sino que también aceleraría la transición hacia un modelo empresarial más sostenible y competitivo en toda Europa.
Así, la región DACH (Alemania, Austria y Suiza) encabeza el ranking, con el 88% de las compañías usando herramientas tecnológicas de automatización en sus reportes. Cabe destacar el papel de España, donde el 54,9% de las compañías ya usan esas tecnologías. Adelantamos a Francia con un 54%, al Benelux con un 40% y a Italia con un 36%.
Volviendo a nuestro país, se observa un cambio de tendencia y mentalidad en los últimos años: el reporting es una oportunidad estratégica y la introducción de la automatización para la gestión de datos les aporta ventajas diferenciales en la innovación en los productos y la eficiencia de procesos, al tiempo que permite a las compañías reforzar su posicionamiento en el mercado.
No obstante, la automatización total de la sostenibilidad no está al alcance de muchas empresas españolas, que encuentran barreras en el alineamiento con múltiples regulaciones globales, los costes del cumplimiento y estar actualizado de los requisitos legales tan cambiantes.
Una de las consecuencias de la falta de automatización son los informes inconsistentes. En nuestro país los responsables de sostenibilidad encuentran verdaderas dificultades para verificar y garantizar la precisión de los datos, informes inconsistentes entre diferentes departamentos y la propia complejidad de las normativas.
Esto se traduce en que las métricas de sostenibilidad no están disponibles y permanecen desconectadas de las decisiones clave de la compañía, por lo que se limita su valor estratégico.
En el lado contrario, las compañías que han apostado por los reportes de sostenibilidad tienen claro su valor y en que áreas se hace tangible. Este es el caso de la recopilación y validación de datos, comunicación con proveedores o grupos de interés y la elaboración de informes y preparación para auditorías y la gestión de riesgos.
Como destaca el informe, la automatización no solo reduce carga administrativa, sino que también impulsa la precisión y la responsabilidad en las funciones de sostenibilidad.
En definitiva, el reporting de sostenibilidad se está consolidando como un pilar estratégico en las compañías que apuestan por el futuro.
Aunque todavía persisten desafíos en la automatización, la tendencia es clara: las compañías que invierten en herramientas tecnológicas no solo cumplen con las exigencias regulatorias, sino que convierten la sostenibilidad en una fuente inagotable de innovación, eficiencia y ventaja competitiva.
Es el momento de pasar de los datos a las decisiones, aprovechando el poder del reporting gracias a innovadoras tecnologías para construir un futuro empresarial más transparente, resiliente y, sobre todo, sostenible.
***Alberto Zamora, CEO y cofundador de osapiens