La CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) de la Unión Europea entró en vigor en enero de 2023 con el objetivo de fomentar la transparencia y homogeneizar y equiparar la información corporativa en sostenibilidad: que sea tan fiable y creíble como la financiera.
Sin embargo, solo dos años después, en febrero, la Comisión Europea realiza la llamada propuesta Omnibus, con el objetivo de simplificar la normativa (incluyendo la debida diligencia), reducir la carga administrativa para las empresas y garantizar que estas puedan seguir siendo competitivas sin comprometer sus obligaciones en materia de sostenibilidad.
Omnibus, en la parte relacionada con la CSRD, se materializa en dos directivas: una, ya adoptada y en vigor desde abril, llamada Stop the clock, que aplaza la aplicación de los requisitos de la CSRD: las empresas que debían comenzar a reportar en 2026 (fase 2) y en 2027 (fase 3) ahora deberán hacerlo en 2028 y 2029, respectivamente.
Stop the clock otorga a las empresas y a las autoridades un plazo adicional para adaptarse correctamente a los nuevos requerimientos de la CSRD y las Normas Europeas de Reporte de Sostenibilidad (ESRS), evitando una implementación apresurada y garantizando un proceso más organizado y eficiente.
La segunda directiva presentada propone reducir el ámbito de empresas a aquellas de más de 1.000 empleados, frente a las de menos de 250 actuales, lo cual excluiría alrededor del 80% de las incluidas en la directiva actual.
Dos de los objetivos principales de la propuesta son garantizar que los requisitos de presentación de información en materia de sostenibilidad para las grandes empresas no supongan una carga para las más pequeñas en sus cadenas de valor, y reducir sustancialmente el número de datos (data points) a reportar bajo las Normas Europeas de Reporte de Sostenibilidad (ESRS).
Evolución del 'reporting'
El reporting o información en materia de sostenibilidad es un instrumento clave que permite a las empresas identificar sus impactos sobre el medio ambiente y las personas, así como los riesgos u oportunidades con impacto financiero asociados a estos.
A su vez, proporciona transparencia y confianza a los inversores, reguladores, etc., ayuda a mejorar la reputación empresarial y permite el acceso a la llamada financiación sostenible.
Desde hace ya muchos años, han ido surgiendo iniciativas voluntarias en esta materia, una de las más relevantes, por ejemplo, la GRI (Global Reporting Initiative) de 1997. Asimismo, empezaron a promulgarse las primeras leyes en materia de sostenibilidad.
Un hito relevante en este sentido es el llamado Pacto Verde de 2019, un paquete de iniciativas políticas que sitúan a la UE en el camino hacia una transición ecológica, con el objetivo último de alcanzar la neutralidad climática para el año 2050. El Pacto Verde contempla un paquete legislativo en el que se incluye la directiva CSRD.
En un estudio realizado a nuestros clientes en el primer trimestre de 2025, el 100% de los que ya habían iniciado a reportar por obligación legal confirman que lo seguirán haciendo independientemente del resultado de las negociaciones sobre la Directiva.
En el caso de las empresas que pueden aplazar su reporte al aplicarles directamente la directiva Stop the clock, dos tercios han decidido seguir con sus procesos de reporte.
Nuevas tecnologías para hacer la vida más fácil
Las empresas, a través de su análisis de doble materialidad, establecen las cuestiones materiales de sostenibilidad sobre las que deberán divulgar (reportar) la información solicitada en la legislación.
Pero ese proceso de reporting en materia de sostenibilidad no es precisamente sencillo, máxime cuando, además de los datos relativos a las propias operaciones de la empresa, también se requieren los de su cadena de valor.
En esta fase de transición, es importante el asesoramiento de socios externos que acompañen a las empresas en sus procesos de debida diligencia a sus proveedores a través de servicios de validación de cuestionarios ESG, programas específicos de desarrollo de proveedores, cálculo de huella de carbono y auditorías in situ.
Ya existen soluciones que permiten recopilar y dar respuesta a los requisitos de divulgación sobre las cuestiones materiales de sostenibilidad que deben reportar las empresas sobre sus propias operaciones y su cadena de valor en una misma y única plataforma.
Estas soluciones, también utilizan la IA para cumplimentar automáticamente los datos y las respuestas narrativas y semi-narrativas requeridas en los requisitos de divulgación; e impulsan la colaboración entre unidades de negocio para generar informes unificados y permitir su seguimiento en tiempo real.
Por tanto, el aplazamiento de las fechas de aplicación de determinados requisitos de presentación de información corporativa en materia de sostenibilidad en el marco de la CSRD no debe animar a las empresas a echarse una siesta, sino más bien a ponerse al día tanto en el cumplimiento de la normativa como en la implantación de las tecnologías que facilite dicho cumplimiento.
*** Ramón Pérez es director de Sostenibilidad de Achilles.