Casi 90 miembros de indígenas Munduruku, ataviados con penachos de plumas y collares de semillas, sembraron el caos esta mañana (para Brasil) en la COP30 que se celebra en Belém.
Tal y como informa EFE, fue sobre las seis de la mañana cuando crearon un cordón con bastones rituales de madera. Su intención ha sido impedir que los participantes entraran a la Zona Azul, el área restringida bajo administración de la ONU donde se realizan las negociaciones.
Su protesta duró casi cuatro horas y se centró en los proyectos de infraestructura que, dicen, amenazan sus territorios.
Así, las negociaciones del viernes 14 de noviembre se demoraron varias horas, y eso que los organizadores abrieron una entrada alternativa, lo que provocó colas de más de una hora para acceder al recinto.
Finalmente, sobre las nueve de la mañana, alrededor de tres horas después del inicio de la protesta, el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, salió a conversar con los líderes indígenas.
Los Munduruku, que viven en las orillas del río Tapajós, recordaron a Corrêa do Lago que su protesta era legítima, pues su queja iba en contra de proyectos gubernamentales que tachan de "predatorios". En concreto, exigen el fin de los planes para desarrollar una línea de ferrocarril a través de la Amazonía para transportar productos agrícolas del interior del país.
Asimismo, pidieron que el Gobierno brasileño cancele un proyecto para drenar los ríos amazónicos para crear "hidrovías", también con el objetivo de facilitar el transporte de soja y otros cultivos, según EFE.
"La COP30 no va a solucionar nuestros problemas, pero tienen que escucharnos", aseguró a los medios de comunicación presentes la lideresa indígena Alessandra Munduruku. Además, insistió en que "no se puede negociar" el futuro de sus hijos ni el de la "madre naturaleza" y cargó contra la minería, que a menudo contamina con mercurio las aguas de los ríos de los que dependen.
Corrêa do Lago reconoció, tras media hora de charla con los manifestantes, que la cumbre no ha integrado correctamente a los pueblos indígenas. "Tenemos que ver cómo hacerlo mejor", dijo.
