La simpatía de los cachorros los convierte en un animalito irresistible para muchos. Sin embargo, antes de tomar de decisión de incorporar un nuevo miembro en la familia es necesario tener en cuenta algunos aspectos, ya que con su llegada también vendrán nuevas responsabilidades.
Recibir a un peludo en tu hogar es mucho más que alimentar, pasear y limpiar. Es necesario crear un entorno de amor, respeto y seguridad, por lo que la decisión no debe tomarse a la ligera.
Si ya has decidido adentrarte en esta nueva aventura, toma nota. Un cachorro requiere atención, paciencia y una buena dosis de preparación, y es que antes de que entre por la puerta hay un sinfín de detalles que debes tener en cuenta para que su adaptación sea lo más feliz —y segura— posible.
Lo primero es crear una casa a prueba de perretes. Estos animales son curiosos por naturales, por lo que cada rincón, objeto o planta es susceptible de ser investigado, mordido o incluso ingerido. Por eso, lo primordial es examinar tu hogar con lupa y eliminar cualquier potencial peligro.
En ese sentido, uno de los grandes enemigos invisibles son las plantas. ¿Sabías que algunas de las más comunes pueden ser altamente tóxicas para los peludos? La flor de Pascua, las adelfas, las azaleas o los narcisos pueden provocarles vómitos, diarrea e incluso problemas mayores.
Dos perros cachorros después de hacer una travesura en casa.
También será necesario prestar atención a las escaleras y balcones. Si hay huecos por donde pueda colarse, caer o quedarse atascado, deberás protegerlos cuanto antes. Un cachorro no mide el peligro, así que cualquier precaución es poca.
Su nuevo refugio
Tu nuevo compañero necesitará un rincón que le pertenezca. Prepara una cama cómoda, suave y lo bastante amplia como para que pueda estirarse. Colócala en un lugar tranquilo, alejado de ruidos intensos o del paso constante de personas.
Este lugar se convertirá en su refugio, su zona de descanso, y es necesario que lo perciba como tal.
Pese a ello, es preciso tener en cuenta que la primera noche puede ser difícil. Sin su madre ni sus hermanos, el cachorro puede llorar, inquietarse o no querer dormir solo.
Aunque duela, lo mejor es no acudir a su llamado constante, porque si lo haces asociará el llanto con tu atención. Sé paciente y constante, y pronto se acostumbrará a su nuevo hogar.
La alimentación
Dar de comer a un cachorro no se trata únicamente de llenar un cuenco. La alimentación debe adaptarse a su edad, tamaño y necesidades específicas. Opta por un pienso de alta calidad y sigue estas pautas:
- Del destete a los 2 meses: 4-6 comidas al día.
- De 2 a 3 meses: 4 comidas diarias.
- De 4 a 6 meses: 2-3 comidas al día.
- A partir de los 6 meses: 2 comidas diarias, dependiendo de la raza.
Mantén el comedero y el bebedero siempre en el mismo sitio. Para los perretes, establecer rutinas es fundamental para que se sientan seguros y aprendan con facilidad.
Juegos y juguetes
Un cachorro necesita estimulación mental y física. Los juguetes no solo lo entretienen, también cumplen una función educativa.
En ese sentido, los mordedores de diferentes texturas (goma, cuerda o tela) pueden ayudarle a aliviar las molestias de la dentición y evitarán que acabe mordiendo tus zapatillas favoritas. También le permitirán jugar solo cuando no estés en casa.
Un cachorro juega con un mordedor de cuerda.
No escatimes en pelotas, peluches y alfombras olfativas, son herramientas muy valiosas para su desarrollo y para reforzar el vínculo contigo a través del juego.
Aseo e higiene
Aunque el primer baño solo debe realizarse una vez completado el calendario de vacunación, existen otras rutinas de higiene que puedes y debes iniciar cuanto antes.
Los empapadores de adiestramiento, por ejemplo, son imprescindibles para esos días en los que todavía no puede relacionarse con otros perros. Debes colocarlo en un lugar fijo y premiar a tu peludo cada vez que lo use. Así evitarás sorpresas desagradables en casa.
Realizar un cepillado de manera frecuente es fundamental, especialmente para algunas razas. Si le acostumbras desde pequeño al contacto con el cepillo, no tendrás ningún problema en el futuro.
Por último, revisa las uñas, los ojos y las orejas. Al igual que ocurre con los humanos, mantener estas zonas limpias previene de infecciones. Si no te sientes seguro, un estilista canino —o el propio veterinario— podrá ayudarte.
El primer paseo
Cuando tu veterinario te dé luz verde para empezar a salir a la calle, prepárate para un cambio de ritmo. Los paseos deben ser frecuentes y positivos: al menos dos largos y uno corto al día, para que pueda hacer sus necesidades, ejercitarse y socializar con otros perros.
En este caso, los imprescindibles son:
- Collar o arnés bien ajustado.
- Correa de longitud media, que permita cierto margen sin perder el control.
- Snacks de adiestramiento para reforzar su buen comportamiento fuera de casa.
- Abrigo o chubasquero si vives en zonas frías o lluviosas.
Vacunas y trámites
Al llegar a casa, llévalo al veterinario para un chequeo general. Allí te informarán sobre el calendario de vacunación, la desparasitación y cuándo podrá comenzar a salir.
Recuerda, además, que es obligatorio ponerle microchip, censarlo en tu municipio y protegerlo frente a parásitos externos.
Si hay otros animales...
Las presentaciones deben hacerse poco a poco. Deja que los animales se huelan, se observen y se acostumbren al nuevo integrante bajo tu supervisión. No fuerces la interacción, el respeto por el espacio de ambos animales es clave para lograr una convivencia en armonía.
