El planeta se encuentra cada vez más lejos de conseguir el objetivo de acabar con las hambrunas para 2030. Así de contundente se muestra la última edición del Índice Global del Hambre (GHI), publicado en la mañana del 16 de octubre por Ayuda en Acción.
El informe, elaborado por las oenegés Welthungerhilfe, Concern Worldwide y el Instituto de Derecho Internacional de la Paz y de los Conflictos Armados (IFHV), evalúa los 20 años de seguimiento del hambre.
Su conclusión es clara: es imperativo "renovar el compromiso global para garantizar la seguridad alimentaria, reducir la malnutrición y avanzar hacia un futuro más sostenible".
Y es que el índice le otorga a este 2025 una puntuación global de 18,3 sobre 100. Así, el GHI muestra que el hambre sigue afectando a millones de personas.
Asimismo, el informe reitera que esta problemática está estancada desde 2016, cuando la nota ascendía a 19 puntos, tan solo siete décimas por encima que casi una década después.
Esto, indican desde Ayuda en Acción, "evidencia cómo los conflictos armados, las crisis climáticas y la fragilidad económica, combinados con la limitada acción política, dificultan avanzar hacia el objetivo de Hambre Cero para 2030".
Meta 2137
En este contexto, las guerras en Gaza o Sudán, junto a otros conflictos activos, se vuelven a colocar como el principal factor de la expansión de la escasez de alimentos en todo el mundo. Pues, asegura el índice, "sólo en el último año, la violencia armada ha provocado 20 crisis alimentarias que han afectado a casi 140 millones de personas".
Asimismo, la inseguridad alimentaria a nivel de hambruna mundial se duplicó entre 2023 y 2024, hasta impactar a 2 millones de personas.
El informe también recuerda que "si se mantiene el ritmo actual, el mundo no alcanzará un nivel bajo de hambre (menos de 9,9 puntos, según el GHI) antes de 2137". En esta situación "crítica" estarían al menos 56 países, que son los que no lograrán que la crisis alimentaria se reduzca hasta niveles bajos antes de 2030.
"Agravamiento progresivo"
El contexto poco halagüeño se ensombrece aún más al observar los datos históricos: desde 2016, el hambre ha aumentado en 27 países. A su vez, en Burundi, República Democrática del Congo, Haití, Madagascar, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, la situación se ha vuelto "alarmante", pues puntúan por encima del 50 sobre 100 en el índice.
Por otra parte, recuerdan desde Ayuda en Acción, "la limitada disponibilidad de datos en regiones conflictivas como Sudán, Gaza o Corea del Norte dificulta evaluar con precisión la magnitud del problema, aunque los indicios muestran un agravamiento progresivo".
Eso sí, el índice reconoce las pequeñas victorias: Mozambique, Ruanda o Togo habrían logrado "avances significativos" gracias a "políticas sostenidas y específicas". Sin embargo, el análisis también advierte de que estos progresos son "frágiles".
Desde Ayuda en Acción indican que esto "evidencia la necesidad de mantener un compromiso constante, aplicar estrategias coordinadas y asegurar la continuidad de políticas efectivas para consolidar los logros".
