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"En los últimos 30 años, casi se ha duplicado la proporción de niños y niñas que viven en zonas de conflicto en todo el mundo". Con estas palabras, la directora ejecutiva de Save the Children, Inger Ashing, resume lo que desgrana su organización en el informe No a la guerra contra la infancia. Vías para la paz

Esta tendencia "alarmante", insiste, va de la mano de una "realidad preocupante", que el gasto militar continúa aumentando en todo el mundo. Y lo hace hasta alcanzar la "escalofriante" cifra de 2,4 billones de dólares en 2023.

Ashing indica, además, que ha habido una reducción paulatina del gasto en la prevención de los conflictos. Y apunta a las escaladas de violencia en Gaza, Sudán, Ucrania, Somalia o la República Democrática del Congo, de este y el pasado año, como ejemplo del incremento de ataques contra los niños, los centros escolares y los hospitales. 

El fantasma de la guerra persigue hoy, según Save the Children, a 473 millones de menores. Esto es, el 19% de la población infantil mundial. A mediados de los años 90, era el 10% de los menores los que vivían en esta situación.

Tras realizar el análisis de la situación global, Ashing afirma que "las violaciones graves verificadas contra niñas y niños en zonas de conflicto alcanzaron sus máximos niveles desde que comenzaron los registros de Naciones Unidas, produciéndose el aumento más grave en la categoría de asesinato y mutilación, así como en la de denegación del acceso a la ayuda humanitaria".

Violaciones de récord

Desde la oenegé son claros: África presenta la cifra más alta en términos absolutos de niñas y niños que viven en zonas en conflicto. Aunque, matiza el informe, Oriente Medio presenta "la triste distinción de tener el número más alto en proporción al total de su población infantil".

Asimismo, las violaciones de derechos humanos de la infancia se han convertido en una suerte de norma en muchos países en conflicto. En 2023, según el informe, se registraron 31.721 casos de vulneraciones graves contra menores. Esto es, un aumento del 15% respecto al año anterior. Y todo teniendo en cuenta que, como lamentan desde las organizaciones humanitarias, la mayoría no se llegan a denunciar.

El asesinato y la mutilación son, además, los ataques más comunes contra los niños. "Han aumentado un 31% en comparación con el año anterior", escribe Save the Children en su informe. Y aclara que "más de un tercio de estas víctimas eran palestinas"

Infierno infantil

Save the Children hace una lista de los peores países para ser menor hoy en día. En este triste ranking destacan Burkina Faso, Mali, Myanmar, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán, Siria, Territorio Palestino Ocupado y Ucrania.

¿Y la ayuda humanitaria?

Denuncian también que cada vez hay "mayores impedimentos al acceso a la ayuda humanitaria". Y señalan los casos en los que, directamente, se denegó este apoyo, que "alcanzó un pico histórico en 2023" con "5.158 incidentes en comparación con los 3.931 del año anterior y once veces más que hace una década".

El balance publicado por la oenegé pone como ejemplo el caso palestino. Tanto en Gaza como en Cisjordania se denegó ayuda humanitaria hasta 3.250 veces, "el número más elevado registrado nunca en ningún conflicto".

Asimismo, desde la organización por la infancia ponen el foco en el aumento de los ataques en escuelas y hospitales, que tradicionalmente son lugares en los que se reparte la ayuda. Dicen que "han aumentado espectacularmente", y el 38% se han llevado a cabo en el Territorio Palestino Ocupado. 

Menos paz, más guerra

"No hay nada mejor que la paz para proteger a la infancia de las atrocidades de la guerra y brindar esperanza en el futuro", dicen desde Save the Children. Por eso, proponen que los Estados revisen sus exportaciones de armas e inversiones. Y es que aseguran que se ha producido "un descenso de la inversión en paz frente a un aumento del gasto militar". 

Tal y como recuerdan desde la oenegé, la inversión en paz y prevención del conflicto ha descendido al 9,6% del total de la ayuda oficial al desarrollo. Esto suponen 15.300 millones de dólares, "su nivel más bajo en 15 años". Ello mientras el gasto militar supera ya los 2,4 billones en todo el planeta. 

Las conclusiones de Save the Children son claras: "Debemos emprender una acción concertada y colectiva para revertir la ola de brutalidad e indiferencia. Hay que proteger mejor a los niños y niñas que se encuentran en zonas en conflicto y emprender los caminos para la paz".