En medio del mar Egeo se encuentra Santorini que ha sido sacudida con más de 200 terremotos en 48 horas. Eso ha hecho cundir el pánico y ha provocado que miles de personas huyan al continente.
Santorini, una ínsula conocida por sus casas blancas y tejados azules, recibe millones de visitantes todos los años, a pesar de ser tener tan solo unos 15.000 residentes permanentes.
Tras una serie de seísmos continuados y varias alarmas del gobierno pidiendo a los vecinos que eviten espacios cerrados y acercarse a la costa, la palabra tsunami ha pasado por muchas mentes.
Unas 9.000 personas han abandonado la isla por precaución. Las escuelas han permanecido cerradas y protección civil ha mandado varios mensajes de alerta. Los ferris se llenaron y se fletaron nuevos vuelos a Atenas.
Qué son los tsunamis
Mientras que las olas convencionales, a veces con la llamada resaca, las producen los vientos que barren la superficie marina y genera un movimiento cilíndrico que al llegar a la costa roza el fondo y rompe creando la espuma blanca, los tsunamis son grandes desplazamientos de agua de hasta 30 metros. Sin embargo, estas se crean cuando una fuerza vertical empuja un gran volumen de agua hacia arriba.
Este empuje lo genera un movimiento sísmico provocado por la actividad tectónica, volcánica o por grandes explosiones submarinas y a suficiente distancia de tierra firme es cuando esas olas destructivas llegan a tierra. Ese desplazamiento es lo que eleva el agua varios metros y puede tener consecuencias catastróficas.
Experiencias anteriores, como el tsunami de Indonesia en 2004, cuando murieron más de 200.000 personas o el de Tokio en 2011, donde además se dañaron varios reactores nucleares, han puesto a la población en alerta máxima.
En este caso, como indica el mapa, los terremotos han estado todos concentrados en una misma zona, muy cerca Santorini, próximo al continente.