Eduardo Camavinga (18 años, Francia) es el nuevo fichaje del Real Madrid. El centrocampista se despide del Rennes a cambio de 30 millones de euros más bonus. Un jugador especial, que ha hecho historia en la Ligue-1 y que ha tenido que superar algunos escollos en su camino.

El revés más importante que vivió el futbolista fue un incendio que sufrió el domicilio familiar en 2013. Entonces la familia Camavinga lo perdió casi todo fruto de las llamas. Pero se repusieron y el centrocampista acabó cumpliendo su sueño: jugar con Francia y en el Real Madrid.

Camavinga es un jugador que tiene unas sobresalientes condiciones físicas y técnicas. Nacido en el año 2000, cumple 19 en noviembre, es un futbolista del nuevo siglo. No solo es capaz de cerrar en defensa o conducir el balón, sino también de dar ese último pase al estilo de un mediapunta.

Eduardo Camavinga, durante un partido con el Stade Rennais AFP7 / Europa Press

Puede hacer las veces de mediocentro. En sus primeros años en el Rennes, jugó precisamente por delante de una línea de tres centrales. Después fue creciendo y se perfiló con un carácter ofensivo. Organización, criterio y en enorme poder de pase son las señas de identidad del fichaje merengue. Tiene mucho que ofrecer y eso lo sabe el Real Madrid.

De Angola a Francia

Camavinga nació en una pequeña comunidad de Angola, en Miconje (provincia de Cabinda). De África a Europa junto a su familia. Consiguió el pasaporte francés después de varios años viviendo en el país galo. Aunque también posee la nacionalidad congoleña, eligió jugar con Les Bleus.

Sus primeros pasos no los dio en el fútbol. El judo fue el primer deporte con el que coqueteó, aunque con 6 años eligió el balón ante las llaves. Dando un paso adelante en la línea temporal, con 11 años Camavinga jugaba en el Drapeau-Fougéres. Fue entonces cuando vivió el capítulo más gris de su vida.

La familia del futbolista vivía entonces una modesta casa de Fougéres. Era 2013 y un incendio arrasó con prácticamente todas las pertenencias de los Camavinga. Perdieron no solo bienes materiales, sino también documentos familiares importantes. De hecho, esta pérdida fue la que retrasó la tramitación de la nacionalidad francesa.

Camavinga, calentando con el Rennes Reuters

Entonces estaba a punto de firmar por el Rennes. Camavinga lo recordó así: "Llevábamos menos de un año en esa casa que mis padres se habían construido con su esfuerzo. Y me acuerdo como si fuese ayer el incendio. Estaba en el colegio y por la ventana veía a los bomberos pasar. Al final de clase los profesores se acercaron a mí a mi hermana pequeña y nos lo contaron. Nos vino a buscar mi padre y nos llevó hasta allí, estaba todo destruido, todo quemado".

Su padre le dijo entonces una frase que nunca ha olvidado: "No te preocupes, vas a ser un gran futbolista y levantarás esta casa". Algo que le ha marcado hasta la fecha: "Sacar adelante la familia no es solo una cosa material. Mis padres ya están contentos, pero es verdad que puedo hacerles más felices aún. Es verdad que me dijo eso. Al principio me hizo gracia, tenía 10 años... Pero con el tiempo, y de tanto recordarme aquello mi madre, comprendió que iba en serio, que pensaban que podía llegar lejos".

Sueño cumplido

"Vas a ser un gran futbolista". Estas palabras se quedaron marcadas en el joven Camavinga. De ahí firmó por el Rennes. Después de pasar por las categorías inferiores del club galo, dio el salto al primero equipo. Y ahí rompió un registro histórico de la liga francesa.

Nunca nadie antes, ni tampoco después, un jugador ha logrado lo mismo que Camavinga. Su primer récord lo rompió con 16 años, 4 meses y 27 días. Así se convirtió en el jugador más joven en disputar un partido con el primer equipo del Rennes. Pero esto era solo el principio. Lo bueno llegó después.

Eduardo Camavinga, durante un entrenamiento con el Stade Rennes Instagram (e.cama10)

La Ligue-1 da un premio al Mejor Jugador del Mes. Pues bien, nadie lo ha ganado a una edad tan temprana como Eduardo Camavinga. 16 años y un récord histórico a sus espaldas. El futuro era suyo y así ha sido. Los grandes de Europa comenzaron a fijarse en él. Desde Alemania a Inglaterra, pasando por España.

Su valor de mercado no tardó en multiplicarse por 10. De los 4 millones de euros en los que estaba tasado a los casi 40 'kilos' que alcanzó no mucho después. El Real Madrid se ha hecho con sus servicios por algo menos. 30 millones más bonus. Pero eso sí, acababa contrato el próximo mes de junio.

Importantes equipos de la Premier League así como el PSG habían intentado conseguir el 'sí, quiero' del jugador. Pero él lo tenía claro. El Real Madrid es su destino. El Paris Saint-Germain llegó a ofrecer esos 30 millones, pero el jugador no quería esto. O el Real Madrid ahora o llegar libre a la casa blanca en 2022.

Eduardo Camavinga, durante un partido con el Rennes REUTERS

El Rennes quería venderle y hacer caja con él. Lo ha logrado con esta venta del Real Madrid. Este traspaso se convierte en el segundo más importante en la historia de la entidad bretona. La 'operación Camavinga' tan solo es superada por la que llevó a Ousmane Dembélé al Borussia Dortmund a cambio de 35 millones de euros.

El desenlace a la historia de Camavinga tiene final feliz. Sobre todo para él. De perderlo casi todo a llegar al club más grande del mundo. Todo ello antes de cumplir 19 años. Zidane le puso en el foco cuando no se pudo fichar a Pogba. Ahora llega para hacer historia siguiendo la estela de los grandes jugadores franceses que han vestido la camiseta blanca.

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