Tarde para el recuerdo en el Wanda Metropolitano. Y no porque el público regresara al estadio después de más de un año, ni tampoco por el empate a cero entre España y Portugal en el duelo amistoso, sino por la despedida de los aficionados madrileños presentes en el estadio hacia un veterano como Pepe. El central luso, a sus 38 años, jugó prácticamente una hora de juego y recibió el respaldo de los allí presentes.

Fue la imagen más sorprendente de la jornada. Cerca de 15.000 hinchas españoles acudieron al habitual estadio del Atlético para ver a España y a algún que otro conocido del conjunto portugués. Entre ellos Joao Félix, Cristiano Ronaldo o el propio Pepe. El primero pasó desapercibido para el aficionado, el segundo tuvo que escuchar sonoras pitadas tanto en la previa del partido como durante el encuentro. Y Pepe, sin embargo, pudo notar el cariño del público.

La secuencia se produjo en el minuto 59 de partido. Pepe se retiraba del terreno de juego y dejaba hueco en el equipo a William Carvalho. Y, contra todo pronóstico, el sonido ambiente captó de forma clamorosa los aplausos de los aficionados que ocupaban la grada madrileña. El propio Pepe lo escuchó y la imagen acabó dando mucho de qué hablar.

El asunto llegó hasta a la rueda de prensa de Luis Enrique. Y es que, frente a los aplausos a Pepe, en algún que otro momento se escucharon silbidos y cánticos contra Álvaro Morata. El todavía jugador del Atlético de Madrid, cedido en la Juventus, tuvo en sus pies varios goles. Y especialmente uno en el tiempo de descuento, donde el atacante se plantó solo ante Rui Patricio, pero que no se transformó en gol al estrellar la pelota contra el larguero. Luis Enrique, que defendió al atacante, se pronunció sobre esa reacción del público.

"No he visto que me hayan silbado. No voy a cometer ningún error. Me da igual, sí que me molesta que se haga con los jugadores. Cada uno que haga lo que quiera, solo faltaría. Yo ni me he enterado, me acabo de enterar ahora", llegó a reconocer ante la pregunta de la prensa. "Les deseo un feliz fin de semana y que se lo pasen muy bien", espetó a todos los aficionados más críticos. "Aguanto mi papel, sé lo que significa ser un personaje público. La gente me elogia y me lanza hasta besos, me siento querido y en Madrid estoy encantado", concluyó el técnico.

Estrella del Madrid

La única explicación a la ovación a Pepe es su paso por el Real Madrid, donde el portugués se convirtió en uno de los jugadores con más peso en el vestuario. Pese a sus altibajos, y a su polémica salida del equipo, el luso siempre ha mostrado su admiración por el equipo y ha mantenido el cariño del aficionado merengue. Ese mismo aficionado que, por lo visto en el Wanda, no dudó en aplaudirle mientras se retiraba al banquillo.

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