Peter Crouch se retiró en 2019. Este larguirucho delantero inglés de 2,02 metros de altura tuvo una buena carrera en el fútbol británico, pasando por varios de los mejores equipos de la Premier League, como Liverpool y Tottenham. Llegó a jugar la Champions League, pero hay un momento de esta competición del que tiene muy mal recuerdo y todavía se lamenta: un partido en el Santiago Bernabéu y una expulsión por Marcelo.

Crouch ha recordado aquel partido de 2011 en el que el Real Madrid y el Tottenham se medía en cuartos de la Champions: "Lo que me viene a la mente de inmediato es ser expulsado en el Bernabéu mientras jugaba con el Tottenham. Tuvimos una gran racha, superando al Inter y al Milan. Conseguí el gol ganador en San Siro y pasamos a los cuartos de final de la Champions League para enfrentarnos al Real Madrid", comenzó a recordar en el podcast From The Horse's Mouth de Paddy Power.

"Estaba tan emocionado, ya que nunca antes había jugado en el Santiago Bernabéu. Era como un niño grande mirando a su alrededor, pensando, 'Esto es increíble'", explica casi diez años después. Pero rapidamente, su sueño se convertiría en pesadilla: "¡En 10 o 15 minutos recibo dos tarjetas amarillas y me expulsan!", se lamenta.

"El vestuario está debajo del estadio y hay niveles y niveles de aficionados y puedes escucharlos. Estaba sentado en el vestuario con una toalla sobre mi cabeza, oyendo gol tras gol tras gol y pensando, 'eso es por mi culpa'. Ese fue un punto bajo y un gran pesar", recuerda de aquel día.

Pero Crouch se defiende y piensa que su expulsión fue injusta. Así habla sobre ella: "Sin embargo, tengo una pequeña excusa cuando se trata de las tarjetas. La primera fue porque yo estaba excitado, así que puedo reconocérselo al árbitro. Fue una entrada a Sergio Ramos".

La segunda amarilla

"Pero la segunda... no. Fui a bloquear una pelota en la línea de Marcelo y me lancé un poco, pero no lo toqué. Saltó en el aire y rodó, y hay un ángulo de cámara donde se puede ver que mira al árbitro y celebra cuando saca la tarjeta roja y luego vuelve a saltar", añade.

Crouch reconoce que desde entonces no ha perdonado aquello a Marcelo y hasta sintió ganas de pegarle en ese momento: "¡Nunca había querido golpear a nadie más en mi vida! Para ellos, eso fue visto como una victoria. Ganaron el partido y jugaron conmigo. Fui ingenuo al dejarme 'atrapar' por eso", finaliza.