El Real Madrid cedió a Martin Odegaard con la ilusión e que el noruego se desarrollara como jugador lejos de Valdebebas. Su llegada a la disciplina madridista se siguió con gran interés, por su juventud y gran calidad. Unos años después, en el Vitesse está derribando la puerta para volver al primer equipo merengue.

Este fin de semana, Odegaard anotó un golazo contra el PSV. Aunque el club de Eindhoven acabó empatando el marcador en los últimos minutos, el extremo dejó una jugada para el recuerdo.

Primero dejó por el camino a varios defensas y a medida que se acercaba al área rival, su idea de tirar directamente a portería se hacía más firme. Efectivamente, lo intentó y el resultado no pudo ser mejor. El efecto del balón fue mortal para el guardameta, que no tuvo ninguna opción para evitarlo.

En lo que va de temporada, ha jugado 29 partidos. Durante los 2.300 minutos que ha estado sobre el césped, ha repartido seis asistencias y marcado siete goles. Pero su contribución ha sido mucho más importante que eso, porque los esquemas ofensivos del Vitesse pasan por sus botas.

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