El 13 de junio se dirimirá, en Moscú, cuál será la sede del próximo Mundial 2026. Ahí, dos candidaturas se disputarán acoger un evento de estas dimensiones. Serán Marruecos, aprobada recientemente por la FIFA, y la propuesta conjunta, como ya sucedió con Corea y Japón en 2002, de Estados Unidos-México-Canadá. Los africanos contarán con una ventaja. Algunos países planean un veto a los estadounidenses, con motivo de las acciones políticas que el presidente norteamericano, Donald Trump, está llevando a cabo.

De las 211 federaciones que forman parte de la asociación, 207 -al no poder ejercer el voto las otras cuatro candidatas- tendrán que decidir quién ostenta el privilegio de tener en su territorio un Mundial. Pese a que, en un principio, llegó a especularse con que no habría competencia para la candidatura conjunta, finalmente sí se tendrá en cuenta la propuesta marroquí, que, de la mano del presidente de su federación, ya ha pedido conocer cuáles serán los criterios de selección.

MUNDIAL DE 48 PAÍSES

La sede elegida podrá ser afortunada por partida doble. Además de lo que significa, en términos turísticos y económicos, ser la sede del torneo más grande, en cuanto a selecciones se refiere, en esta ocasión habría un aliciente. Tras años y años de mundiales de 32 países, en este Mundial 2026 se darán cita, por primera vez, 48 países. Salvo sorpresa, esa será la primera ocasión, aunque no está descartado que este formato se adopte ya en el año 2022, que se disputará en Catar.

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