El mercado echa el cierre. Después de dos meses intensos de fichajes, el periodos estival llega a su fin y deja un claro perdedor: el Barcelona. El club catalán ha vivido un verano 'negro' y que ha terminado con el alzamiento del barcelonismo que pide la cabeza de Bartomeu tras una gestión pésima.

Todo comenzó cuando el nombre de Bellerín salió a la palestra. Un hombre de La Masía por el que el Barça no quiso desembolsar 40 millones para posteriormente pagar 30 'kilos' por Semedo, un lateral que apenas ha demostrado nada en Europa.

NEYMAR, LA GRAN CATÁSTROFE

Después vino el caso Verratti, que finalmente terminó quedándose en París y no solo eso sino que se llevó consigo a Neymar. La bomba había estallado. El brasileño abandonaba Can Barça a cambio de 222 millones y dejaba al club azulgrana sobre la cuerda floja. Y antes de eso, Bartomeu salió a decir que Neymar se quedaba "al 200%".

A partir de ahí comenzó un baile de nombres encabezado por Dembélé y Coutinho. El primero llegó, pero el otro no. Pero, antes de eso, hay que hacer una parada en Paulinho. Un brasileño de 29 años que vivía su retiro dorado en el Guangzhou de la liga china y por el que el Barça desembolsó 40 millones. Una cifra esperpéntica por un futbolista así.

BAILE DE NOMBRES HASTA EL CIERRE

Tras esto, el nerviosismo se apoderó del barcelonismo y la propia directiva culé. Se llegó a decir que llegarían "uno o dos fichajes" en los últimos días pero la realidad fue muy diferente. Desplantes de la plantilla aparte, una ristra de nombre se apiló en las oficinas del Camp Nou. Además del propio Coutinho, sonaron Seri, Di María, Özil, Lemar, Dybala, Griezmann, Mahrez o Parejo. Un puñado de jugadores con otro factor en común: ninguno fichó por el Barça. El mercado se cierra y el ridículo culé es un hecho.

Los golazos de Theo Hernández, Benzema y Vallejo en el entrenamiento by footbie.com

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