Luka Modric ha celebrado su partido número 200 con el Real Madrid con una victoria, remontada incluida, frente al Betis; y con el regreso a lo más alto de la tabla después de sumar tres nuevos puntos y aprovechar el pinchazo del Barcelona en Riazor.

Desde que llegó al club, la magia de Modric con el balón ha hecho que todo el mundo caiga rendido a sus pies. Cada vez que el centrocampista merengue toca el esférico derrocha una calidad y elegancia digna de ver. Ante el conjunto verdiblanco, el de Zadar protagonizó una actuación muy completa.

Sus 31 años de edad no le impiden bajar el nivel cada vez que sale al terreno de juego, convirtiéndose así en uno de los intocables para Zidane. Los 200 partidos serán un aperitivo de los muchos encuentros más que le quedan vistiendo la elástica merengue y defendiendo el escudo que tanto adora. 

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