Con la superioridad del que sabe cómo y cuándo subir el nivel de intensidad para ganar. De esta manera tan solvente se llevó el Real Madrid la victoria en la cancha del colista Asvel Villeurbanne, la decimosexta en lo que va de temporada en la Euroliga. [Así vivimos la victoria del Real Madrid ante el Asvel] 

Los blancos fueron a remolque en el marcador durante prácticamente todo el encuentro, pero como si supieran que en el momento en el que quisieran le iban a dar la vuelta a la situación, jugaron con las ilusiones de su rival. Entraron 6 puntos abajo al último cuarto, pero con un 0-16 de parcial en el arranque del mismo dejaron de piedra a un Asvel que ya nada tuvo que hacer. 

Era el último esfuerzo del año en la máxima competición continental, y aunque se lo tomó con calma, el Real Madrid cumplió una vez más. Los de Chus Mateo cierran así una primera vuelta prácticamente perfecta, en la que tan sólo han cedido una única derrota ante el Partizán y además en el último segundo.

Da la sensación de que este equipo es prácticamente invencible, y aunque resta todavía mucho para que llegue la hora de la verdad en la Euroliga, desde luego que los rivales están atemorizados ahora mismo. Esta vez con Poirier como gran figura de la remontada, el Real Madrid sigue su camino triunfal por Europa pese a que los galos batallaron hasta el último minuto.

A remolque

El líder contra el colista. Dicho así, suena a pan comido para el primero de la clasificación el hecho de llevarse la victoria por mucho que sea a domicilio, pero es que en la Euroliga muy pocas veces nadie regala algo. 

El Real Madrid lo comprobó de primera mano desde el primer instante que pisó la cancha en Lyon. Como si quisiera darse un pequeño homenaje ante su afición para despedir el año, el Asvel Villeurbanne saltó a la cancha en tromba y con toda la intensidad del mundo, sorprendiendo de esta manera a un rival al que le costó horrores encontrarse en la cancha.

Campazzo entra a canasta. REAL MADRID

El parcial inicial de 7-2 empezó a dejar claro que los locales no iban de farol, y mucho menos cuando a mediados de este primer cuarto la diferencia llegó a ser casi de dos dígitos (13-4). En algo más de 5 minutos, el Real Madrid tan sólo había conseguido anotar la escasa cifra de 4 tantos, como si el ataque se hubiera marchado de vacaciones ya antes de tiempo.

Pintaba feo el partido para los blancos, exigía una reacción inmediata y efectivamente llegó en el tramo final de este primer parcial. Llull, con la compañía de Causeur, se cargó de responsabilidad y la diferencia comenzó a menguar hasta el punto de que los primeros 10 minutos terminaron con un ajustado 19-18.

Parecía que las cosas iban a cambiar en el segundo cuarto con un triple de Abalde que volvía a poner la igualdad en el marcador (23-23), incluso un tiro libre suyo puso al Real Madrid en ventaja, pero todo se desvaneció otra vez. El Asvel se marchó de nuevo 9 puntos arriba (37-28) para apretar las tuercas.

No se podía permitir algo así el Real Madrid, que de nuevo reaccionó justo antes del descanso. De hecho, una mandarina marca de la casa de Llull dejó en 6 puntos la renta en el momento de irse a los vestuarios (39-33).

La reacción

Seguro que hubo reprimenda por parte de Chus Mateo en este tiempo de intermedio, porque la primera parte del Real Madrid distó mucho de llegar al nivel que se le ha visto a lo largo de esta temporada. Sin embargo, las cosas no cambiaron en exceso en el arranque de la segunda mitad.

Los franceses se volvieron a estirar en el marcador con Paris Lee haciendo de las suyas, y aunque el Real Madrid se acercó hasta el 50-49 con la conexión entre Campazzo y Causeur, otra vez Paris Lee destrozó a los blancos para mandar al Asvel seis puntos arriba al cuarto definitivo (57-51).

Llegó el momento de la verdad, ese en el que se deciden los partidos, y ahí es donde se ve de verdad a los equipos. Como si lo tuviera todo calculado y perfectamente controlado, al Real Madrid le bastó con pisar el acelerador en este último cuarto para terminar saliéndose con la suya.

El 0-16 de parcial con el que arrancó este definitivo cuarto, especialmente con los 8 puntos de Poirier, voltearon el marcador en un abrir y cerrar de ojos. El Asvel, que se había visto por encima durante casi todo el choque, no se resignó sin embargo a aceptar una nueva derrota porque llegó a soñar de nuevo cuando igualó el luminoso en el último minuto (74-74).

Tavares acudió al rescate con una canasta providencial y el Facu, con un tiro libre, hizo el resto para finiquitar el encuentro.