El Real Madrid tuvo la primera oportunidad para cerrar la final este miércoles. El Barcelona tiró de orgullo y alargó el desenlace, mínimo hasta este viernes. El equipo blanco tuvo el último tiro para ganar el choque, pero a diferencia del lunes, no entró. El Palau volverá a ser una auténtica caldera, pero los mejores minutos del Madrid enfriaron a toda la grada, que solo saltó de la alegría con la última canasta de Singleton

Barcelona Lassa - Real Madrid ACBMEDIA

Será un partido muy diferente. La intensidad mostrada por el conjunto visitante superó por momentos al Barcelona, que lleva sobreviviendo toda la serie con el rebote ofensivo, donde está siendo muy superior a su rival. Pablo Laso no logra dar con la clave y sigue sufriendo con esas segundas oportunidades. Por el otro lado, Pesic pide más agresividad a los suyos en cada pelota suelta. 

El vigente campeón necesita que varios jugadores den un paso adelante, entre ellos Randolph y Tavares, ya que su mejor versión dejaría al Barça muy lejos de la victoria. Campazzo y Thompkins fueron los más destacados en el último choque, ambos con 18 puntos. El acierto de Rudy Fernández también se enfrió debido a que tuvo que ser reemplazado por faltas personales. 

Dominar el rebote

Si el cuadro catalán no hubiera sido tan superior en el rebote, posiblemente el Real Madrid ya sería campeón por segundo año consecutivo. Las capturas ofensivas del Barça están haciendo mucho daño y aprovechan la salida de Ayón a pista para cargar con más hombres esa posibilidad. Con Randolph y Tavares en pista el equipo mejora visiblemente sus capturas. 

Oriola y Víctor Claver están siendo clave en ese apartado. Su facilidad para ganar la posición está creando un quebradero de cabeza en el técnico vasco, incapaz de dar con una solución tan buena como eficaz. Incluso el pívot español está dejando a Tomic en el banquillo en los minutos finales de cada choque, con todo por decidirse. 

Thompkins falla el palmeo ante el Barcelona en el tercer partido ACBMEDIA

Los tiros libres

Es muy extraño que el conjunto culé lanzara el doble de tiros libros de los que lanzó el Madrid. En la primera mitad hubo que esperar hasta mediados del segundo cuarto para ver viajar a la línea a un jugador blanco. El Barcelona ya llevaba 14 en ese momento. Una situación que no ha pasado desapercibida y el Real Madrid espere que se arregle en el que podría ser el partido definitivo. 

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