El Real Madrid tuvo un partido de Euroliga muy complicado ante el Khimki. El equipo ruso es duro de roer y lo demostró este jueves en la capital de España. Durante varios minutos, los de Bartzokas estuvieron por delante en el marcador aunque los jugadores del equipo blanco nunca dieron su brazo a torcer y al final del último cuarto, remontaron. 

Restaban siete minutos para el final del partido cuando Doncic echó a correr subiendo el balón y se la pasó a Campazzo. El argentino recibió en la esquina y clavó un gran triple que puso por delante, de manera provisional, a los de Pablo Laso

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