LA VIRTUD CON LA QUE LE DEFINIÓ LASO

"Es algo natural. Tengo una manera de ver el juego, la vida; te diría: trato de darlo todo. Lo mejor. Eso no se entrena. Uno puede tener un talento para un deporte, para un trabajo, para un oficio, lo que sea, pero hacerlo con pasión y deseo... Eso está o no está. Creo que muchas veces en mi carrera ese deseo, esa manera de ver las cosas me ha dado satisfacciones muy grandes y me ayudó, porque no soy de los jugadores más talentosos que hay, pero sí tengo esas ganas, esa pasión que contagia mucho al equipo".

SU RETIRADA

"De a poco. Fui teniendo la sensación, me fui dando cuenta de lo que iba pasando con mi cuerpo, con mi cabeza. Tiene mucho que ver el factor mental: físicamente me encuentro bien, no tengo problemas para jugar un partido o los minutos que hagan falta en un partido, pero mentalmente notaba que no estaba al ciento por ciento como estaba metido hace unos años. A principios de este año ya lo estaba pensando, pero dejé pasar unos meses más para tener un poquito más clara la situación. Al ver pasar el tiempo y ratificar lo que pensaba, me fui dando cuenta de que era la mejor decisión. Entonces escribí una carta e hice la conferencia de prensa".

SU MARCHA DE LA NBA

"Porque estaba en una dinámica que no me gustaba. No jugaba mucho, no me sentía cómodo, había perdido el interés por estar ahí. No pienso que me fui porque no podía jugar en la NBA. Pienso que podría haber seguido jugando, pero en ese momento sentía la necesidad de estar en un equipo más competitivo, más minutos, y luchar por otras cosas. Entonces decidí irme. Tuve varias oportunidades de volver y de terminar mi carrera en la NBA. Pero siempre mi interés fue Europa. Tiene un gran nivel, una gran competencia".

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