El Google Chromecast es uno de los pocos dispositivos electrónicos que casi se amortiza solo. No vale mucho, funciona en cualquier televisión actual y ofrece la capacidad de trasladar la pantalla del móvil a la tele; además de todo el contenido multimedia que se te ocurra. ¿Que no tienes un Google Chromecast? Puedes convertir un Android en este reproductor.

La idea es que conectes el móvil o la tablet al televisor para que este ofrezca las mismas funciones que tendría un Google Chromecast original. Para ello basta con instalar una aplicación: AirScreen. Es gratuita, aunque con una limitación importante que deberás valorar: solo permite media hora de streaming al día.

Así de fácil es conseguir que un móvil o tablet Android se convierta en Chromecast

La mutación está conseguida a la perfección: una vez conectemos el móvil a la red WiFi, con AirScreen funcionando, el resto de dispositivos lo tomará por un Chromecast; pudiendo «castear» con el típico icono del reproductor. Es un proceso tan simple que sorprende por lo bien que funciona.

Vayamos con el proceso para convertir tu Android en un Chromecast. Lo primero es instalar AirScreen, la tienes justo a continuación.

Una vez tengas la aplicación de streaming instalada, es hora de iniciar los pasos necesarios.

  • Abre Air Screen en tu Android.
  • Asegúrate de que la casilla de «Chromecast» está activada.
  • Todos los dispositivos deben estar conectados a la misma red WiFi para que el proceso funcione.
  • Ve a otro móvil u ordenador y busca contenido apto para «castear». YouTube, por ejemplo.
  • Observarás que ha aparecido el icono del Chromecast en la aplicación. Aprieta sobre él y pulsa sobre el móvil que está ejecutando AirScreen.
  • Listo: verás el contenido como si tuvieras un Google Chromecast conectado a la tele.

Puedes reproducir el contenido a distancia directamente sobre el móvil o la tablet, también conectarlos a la tele y simular un Chromecast por completo. Además, AirScreen también emula AirPlay de Apple y Miracast, todo de manera automática y sin complicaciones. La lástima es que cuesta dinero más allá de la media hora diaria gratuita: su abono es mediante suscripción periódica. Algo que diluye su utilidad: si vas a usarlo permanentemente, sale más económico un Chromecast real.