Nunca he sido una persona que guste de poner fundas a sus móviles y muchos amigos y compañeros de trabajo me miraban raro. En realidad nunca me ha hecho falta. No se me suelen caer los móviles y no he roto nunca uno por una caída. Bueno, no había roto ninguno nunca.

Hace unas semanas, haciendo un análisis, un terminal se me resbaló y aunque cayó sobre mi pie, reboto y se golpeó contra el suelo de cemento. Como dice el refrán, una y no más.

Así pues, me dispuse a comprar alguna funda, o fundas, para el Huawei P20 Pro, que es el móvil que estoy usando estas semanas. No tenía ninguna ida prefijada, ni de forma ni de material, así que me metí en el submundo de las tiendas online chinas y otras más normales.

Y lo que descubrí me fascinó.

Fundas de cristal. De cristal

Entre las muchas opciones que había para este modelo, nada que ver con cuando lo busqué tras la presentación, me llamaron la atención unas fundas que, según ponía el nombre, eran de cristal.

Sólo el concepto ya hizo que me explotara la cabeza.

Antes de salir de la página, decidí mirar algo más a fondo para entender cómo era una funda de cristal. Y tras mirarlo le vi el sentido, aunque aún no estoy del todo convencido.

El diseño y la resistencia, de la mano

Lo llamativo de estas fundas es que la parte de cristal, rígida, es la zona trasera, no la perimetral. Esta está conformada por una silicona que se puede mover para ajustarse al terminal al que se la pongamos.

De esta manera, si el móvil se cae y se da en un canto, que es lo más probable, el plástico absorberá el impacto. Pero, ¿y si cae con la parte trasera?

Las diferentes marcas aseguran que se trata de un cristal templado, el mismo que usamos en los protectores de pantalla y que más de uno ha visto como le salvaba la pantalla en una caída.

La idea es que incluso tras una caída este acabado quedara intacto.

Visualmente he de reconocer que llaman la atención, al menos en las imágenes de venta, si bien he de decir que, tras comprar varias fundas para este modelo, todas han sido, más o menos, como esperaba.

¿Tiene sentido?

En un primer momento podemos pensar que hacer una funda de cristal es algo absurdo pero si nos paramos a pensar tiene cierto sentido.

Cuando ponemos una funda a un móvil parte del diseño, del encanto de ese terminal  se pierde, por lo que a veces optamos por no ponerla.

Con este tipo de funda se intenta conjugar el tener un móvil llamativo sin ser hortera (aunque hay algunas que son tremendas) y también el poder protegerlo, si bien el riesgo de que resbale por ser cristal está ahí.

¿Os parece lógico o preferís otras de plástico?