LG ha demostrado que es capaz de adelantar el futuro en sus móviles. Hace varias generaciones integró un gran angular en un móvil, en concreto en el LG G5. A día de hoy una de las cosas que le solemos pedir a los móviles en el apartado fotográfico es eso, que tengan un gran angular.

También hemos visto innovaciones que no salieron adelante, como los módulos, y también de eso hablaremos en este análisis del que es el flagship de LG, el LG G8x.

Características del LG G8x

  • Cuerpo
    • Dimensiones: 159,3 x 75,8 x 8,4 mm.
    • Peso: 192 g.
    • Colores: Aurora Black.
  • Pantalla primaria
    • Tipo: OLED FullVision HDR 10.
    • Tamaño: 6.4 pulgadas.
    • Resolución: FHD+ (2340 x 1080 px) | 19,5:9.
  • Pantalla secundaria
    • Tipo: OLED FullVision.
    • Tamaño: 6.4 pulgadas.
    • Resolución: FHD+ (2340 x 1080 px) | 19,5:9.
    • Tamaño: 165,96 x 84,63 x 14,99 mm.
    • Peso: 134 g.
  • Características principales
    • Procesador: Qualcomm Snapdragon 855 | Octa-Core 8 x 2.84 GHz Kyro 485.
    • GPU: Adreno 640.
    • Sistema operativo: Android 9.0 Pie.
  • Memoria
    • Interna: 128 GB.
    • RAM: 6 GB.
    • MicroSD: Hasta 2 TB.
  • Cámaras
    • Trasera:
      • 12 Mpx f/1.8 OIS PDAF.
      • 13 Mpx f/2.4 | Súper gran angular.
    • Delantera:
      • 32 Mpx f/1.9.
  • Conectividad
    • 3G, 4G LTE.
    • WiFi 802.11ac de doble banda.
    • Bluetooth 5.0.
    • NFC.
    • A-GPS | GLONASS.
    • Jack de audio.
    • USB- C (compatible con USB 3.1).
  • Sensores
    • Lector de huellas bajo la pantalla principal.
    • Acelerómetro, sensor de proximidad y brújula
  • Batería
    • 4000 mAh Li-Ion
    • Carga rápida: Sí| QC 3.0
    • Power Delivery: Sí | PD 2.0
  • Otros: protección contra polvo y agua IP68, certificación militar de resistencia MIL-STD 810G, 32-bit Hi-Fi Quad DAC…

Un diseño convencional con toques propios

LG dejó hace tiempo de lado las innovaciones en diseño, las decisiones arriesgadas, y con el LG G8x tenemos un móvil de tamaño correcto, con marcos de pantalla contenidos y unos bordes a juego con la parte trasera y delantera de cristal.

Pese a lo convencional de su apariencia tiene algunos toques distintivos, algo que veremos repetido en otro apartados de este análisis.

Para empezar, tiene un botón físico extra, que se añade a los botones de volumen, en la zona izquierda, y al de encendido, en la derecha. Se trata de un botón que puede activar el asistente de Google, por si no queremos hacerlo con la voz o dejando pulsado el botón central de los iconos de navegación o gestos.

El segundo elemento destacable es que la zona trasera no tiene ningún tipo de protuberancia en la parte de la cámara y es que LG ha integrado el grosor de este modulo dentro del cuerpo, lo que nos llama la atención, y nos agrada.

Disponemos de una doble bandeja para SIM o para poner una microSD en la zona delantera, estando el micrófono secundario no en ese marco, sino en el derecho, sobre el botón de encendido.

En la zona inferior tenemos el altavoz principal, que no único, el puerto USB C y el jack de auriculares. Es uno de los pocos móviles de gama alta que lo mantiene.

No queremos cerrar este apartado sin hacer mención a la certificación Militar MIL-STD 810G y a la resistencia al agua IP68 que tiene este Lg G8x. Se trata de un móvil que está preparado para soportar caídas, condiciones climáticas extremas e inmersión en agua (hasta 1,5 m de profundidad) durante 30 minutos.

Esto lo convierte probablemente en, sobre el papel, el móvil de gama alta más resistente, algo muy a tener en cuenta si somos de los que no prestamos mucha atención al móvil a la hora de guardarlo.

Un móvil potente, fluido… como muchos otros

Nos hemos dado cuenta de que a LG le ha pasado algo similar a Sony cuando se deciden a elegir la memoria y el procesador de sus mejores móviles. Al contrario que sus rivales chinos, no apuestan por el último modelo, en cuanto al primero, o la mayor cantidad posible, en la segunda.

El LG G8x dispone de un Snapdragon 855, un procesador de principios de año del que, dejemos claro, no tenemos pega alguna. Tampoco nos quejamos de los 6 GB de RAM y 128 GB de memoria interna, pero teniendo en cuenta que este móvil ronda los 1000 euros, nos parecería mejor que todo subiera un  escalón.

No lo decimos por necesidad, sino porque si LG quiere que paguemos uno de los precios más altos del sector de los móviles, qué menos que implementar lo mejor en cada apartado.

A la hora de jugar, abrir aplicaciones y probar el terminal, todo va bastante bien, no tenemos lags, cierres ni problemas con las apps en segundo plano.

También funciona el NFC para pagos móviles, algo que hemos querido probar incluso con la funda puesta, y no hay inconveniente.

No podemos decir lo mismo del sensor de huellas, que es óptico y está bajo la pantalla, pero es muy mejorable. Está lejos de los que hemos visto en Huawei, OnePlus y otras marcas, y como no tenemos desbloqueo facial, más de una vez hemos tenido que poner el PIN. No nos parece de recibo en un móvil de esta categoría.

Un sonido muy superior a la media

Este es el primer móvil desde que probé el OnePlus 7T que no me ha defraudado en sonido. LG siempre ha cuidado mucho este aspecto y se nota con detalles como la inclusión de un jack de auriculares o la presencia de dos altavoces, uno junto al puerto de carga y otro sobre el notch.

LG indica que este LG G8x tiene un sonido estéreo con DTS:X 3D de 7.1 canales además de un 32-bit Hi-Fi Quad DAC. No he hecho pruebas especiales en este sentido pero más allá del marketing, he de reconocer que es uno de los puntos fuertes del terminal.

Eso sí, al contrario de lo que esperaba, el volumen máximo no ha llegado a ser excesivo. No es escaso, sí, pero no tenemos la sensación de desbordamiento que hemos visto con otros modelos.

Dos pantallas, con cierta utilidad

Lo que más llama la atención de este modelo es su pantalla. Bueno, sus pantallas. La principal, de hecho, no destaca especialmente ya que es un panel OLED de resolución FHD+ con 6.4 pulgadas. Es un panel normal en móviles de unos 500 euros pero se echa en falta algo de resolución dado el coste de este modelo.

Tanto en interiores como en exteriores se ve bien y no hemos tenido problemas de usabilidad. Tampoco de brillo y es que LG sigue destacando en este aspecto, dando picos de hasta 1000 nits cuando es necesario, lo que hace que la pantalla siempre se vea bien.

En cuanto a los ajustes, disponemos de varias funciones extras en la configuración del color, pudiendo elegir el tipo de visualización, la manera en la que se muestra la pantalla ambiente, etc.

Una segunda pantalla muy especial

Pero lo que de verdad llama la atención es su segunda pantalla. Este accesorio se integra en una funda e implementa un panel de 6.4 pulgadas con la misma tecnología, calidad y resolución que el principal. La alimentación se toma del propio móvil, con un puerto USB C integrado.

Eso sí, con la funda puesta necesitaremos un adaptador magnético para cargar el móvil, que pondremos en el cable de carga.

Esta pantalla secundaria nos permite usar dos aplicaciones a la vez, cualesquiera, de forma independiente. Pero lo más útil es, bajo mi punto de vista, usarla como mando de control en videojuegos.

De hecho, gracias a este accesorio he podido jugar a Honkai Impact Third con mando, algo que no había hecho hasta ahora. Es así porque aunque el sistema se configura para ser usado como un mando bluetooth, si el juego que queremos abrir no soporta mandos, podemos mapear los botones indicando qué zonas de la pantalla se corresponden con ellos.

El único problema es que el peso del conjunto es alto, y se hace algo incómodo usarlo durante varias horas seguidas.

Dos cámaras en 2019, algo extraño

LG ha implementado en el LG G8x tres cámaras, pero contando la delantera. Eso lo aleja no ya de la carrera por ser el móvil que más cámaras usa, sino también de la lucha por la versatilidad. Está empatado con el iPhone 11 en tanto que usa un sensor angular y un gran angular.

El primero es un sensor de 12 Mpx con estabilizador óptico y enfoque PDAF, con apertura f/1.8. El segundo es un sensor de 13 Mpx con f/2.4 y un angulo de visión muy superior al de otros modelos.

Esto hace que las fotos tomadas con gran angular sean más espectaculares, pero también que deformen más en los bordes.

Hacer fotos con la funda es muy incómodo

El apartado fotográfico no es uno de los más destacables de este modelo, aunque la calidad con buena luz sea correcta y de noche se defienda usando de forma automática el HDR. El problema en situaciones de baja luz es que se pierde completamente el detalle, algo que le ha pasado a la mayoría de móviles de LG, por el tipo de procesado que usa. Es lo que llamamos el efecto acuarela.

También se aprecia que la temperatura de color no está bien calibrada entre los dos sensores y tenemos tonos diferentes en una misma zona en función del sensor que usemos.

La cámara delantera, de 32 Mpx tampoco es para tirar cohetes y de día nos encontramos con que nos quema los cielos en ocasiones, debido al poco rango dinámico, y de noche volvemos a ver el efecto acuarela. Tenéis múltiples ejemplos, como siempre, en la galería.

En cuanto al vídeo, poco que comentar, una estabilización normal y una calidad que baja demasiado con poca luz, tanto que incluso se nos quitan las granas de grabar en esas condiciones.

Una batería decente, pero… dos pantallas

Usar la funda de atril es una buena idea

Al principio hemos dicho que LG destacó en la integración pionera del gran angular, pero también avanzó rápido en el uso de la carga inalámbrica de algunos modelos, como vimos en el LG G3. Este LG G8x la implementa, y aunque no es especialmente rápida, se agradece que esté.

La batería del móvil es de 4000 mAh, y tenemos carga rápida QuickCharge 3.0. El mayor problema de este apartado es que, con la segunda pantalla activada, el consumo es algo, como era de esperar.

En la primera prueba de autonomía hemos estado casi exclusivamente bajo cobertura Wifi, usando el móvil con una pantalla y en ocasiones con dos. Hemos escuchado algunos podcasts pero sobre todo hemos usado Twitter y jugado, aprovechando las dos pantallas. Hemos llegado a las 6 horas de pantalla con 24 horas totales de autonomía.

En la segunda prueba de autonomía hemos usado menos el terminal. En ocasiones hemos activado las dos pantallas, pero sobre todo lo hemos usado con una, para hacer bastantes fotos, algunas llamadas y apps sociales. Hemos llegado a las 4 horas y media de pantalla con 40 horas totales de autonomía.

En la tercera prueba de autonomía hemos hecho uso del móvil exclusivamente en interiores y con una pantalla. Hemos usado apps para Twitter, Instagram y hemos grabado algunos vídeos y fotos, aunque no muchos. Hemos llegado a las 6 horas de pantalla con 28 horas totales de autonomía.

En la cuarta prueba de autonomía hemos visto cómo aumenta la autonomía total si lo usamos menos. Y en qué medida. Hemos estado jugando, pero sólo hemos tenido el móvil en uso para llegar a las 4 horas de pantalla, pero con 48 horas totales de autonomía.

Una interfaz muy completa, pero algo confusa

LG aún no se ha animado a usar Android 10 en este móvil así que nos conformaremos con un Android 9 extremadamente personalizado, tanto en opciones esperadas como la de la configuración de la pantalla, como en otras más extrañas, como las Extensiones.

Este apartado que tenemos en los ajustes engloba muchas de las funciones añadidas por LG, como el doble toque para encender la pantalla, el poder tener dos sesiones de cada aplicación, el grabar la pantalla de forma sencilla o la optimización para juegos por mencionar algunas.

La estética es muy modificable gracias a los temas, algo que se agradece, aunque no hay muchos disponibles, o al menos a nosotros no nos han salido en la tienda integrada.

Eso sí, es extraño que la barra de notificaciones sea negra por defecto, aunque no tengamos el modo oscuro aplicado. Tanto si lo activamos como sino esta zona es oscura, al contrario que los ajustes y otras partes de la interfaz, que se adaptan.

En la zona de aplicaciones tenemos un launcher similar al de los Google Pixel y es que LG ha integrado algunos aspectos de forma bastante sencilla, sin modificar.

También pasa con los gestos, que son los que teníamos en los Pixel con Android 9, no los mejorados con Android 10, y es algo extraño. Podemos dejar como es lógico los tres botones de navegación.

El apartado de la interfaz nos deja un conjunto de sensaciones encontradas, mas positivas que negativas, pero extrañas al fin y al cabo.

El LG G8x es un móvil demasiado dual

Estamos ante un móvil bastante peculiar, como decimos en el título. Falla en algunos aspectos como la cámara, que no es capaz de llegar a la altura de sus rivales, pero mantiene el tipo en otros como el diseño, el rendimiento o la autonomía. Sí, querríamos más RAM y ROM, pero no es un problema en el día a día.

Incluso es superior a algunas alternativas en el apartado de sonido, la resistencia y en el extra de funcionalidad que aporta su funda, incluida en la pantalla.

El inconveniente es el precio. LG ha puesto este modelo a la venta por 949 euros, solo superado por los precios de lanzamiento de algunos modelos de Huawei, Samsung y Apple. Es un coste excesivo si miramos a la competencia y aunque este móvil puede tener su público, creemos que debería tenerlo a un precio menor.