Ketchapp saca nuevo juego casual en la Google Play Store apostando por la dificultad y la sencillez. No es un contrasentido, es Finger Driver.

Uno de los estudios de desarrollo más importantes en Android también es uno de los que arrastra más polémica. No, Cheetah Games no, Ketchapp. Suyos son algunas joyas como Stack, también el juego que te traemos hoy: Finger Driver. El estudio se especializa en el desarrollo de juegos casual y también en su licencia para distribuir los de otros desarrolladores, pero siempre con una premisa: simpleza absoluta.

Imagina que tienes un coche dentro de una pequeña pista que fluye a lo «endless runner». Tú conduces el coche con gestos sobre la pantalla, pero no trazando el camino sobre la carretera, eso sería demasiado fácil: debes girar el volante. Parece sencillo, pero es de los juegos más difíciles a los que te vas a enfrentar.

Llega lo más lejos con el coche sin salirte de la carretera

Finger Driver se parece a un juego infantil en el que un rodillo va marcando la carretera mientras nosotros debemos guiar el coche por el centro de ella. La base es la misma, pero sorprende lo difícil que puede llegar a ser.

No tiene más misterio que ese, llegar lo más lejos posible con el coche. Vueltas a la izquierda, a la derecha, giros completos… No te salgas del camino y acumularás más puntuación. Sal y tendrás que empezar de nuevo; con la opción de hacer un continue si ves vídeos de publicidad. Porque eso sí, los juegos de Ketchapp vienen cargados de anuncios. Finger Driver no es una excepción.

Aparte de ser un juego endless en el que hay que llegar lo más lejos posible sin estrellar el móvil contra el suelo tras perder la paciencia, Finger Driver ofrece diamantes para recolectar con los que podremos conseguir nuevos coches. Es un juego gratuito con anuncios, pero se puede jugar perfectamente sin conexión a Internet. Lo agradecerás.

Finger Driver no tiene coste para jugar, pero puedes comprar la versión sin anuncios por 1,99 euros. Es muy divertido, al menos para un rato. Y pondrá a prueba tus nervios de acero: si consigues llegar lejos te merecerás un monumento.