A veces se llega al éxito por azar, a veces, por una combinación de todo, e incluso sin buscarlo, se llegan a sitios inesperados, a conseguir cosas increíbles.

Eso es lo que le ha pasado al creador de Flappy Birds, el juego de moda, el juego que ha desmontado los argumentos de la industria del juego y ha puesto en evidencia que nadie sabe o puede predecir lo que quiere el público. Un juego simple, chorra, casi absurdo, simple pero complicado… pero que engancha de una manera brutal al que lo prueba.

Después de saber que su creador ganaba más de 50.000 dólares al día en publicidad, y que los clones del juego se multiplicaban, y que el joven vietnamita que hay detrás de su desarrollo empezara a estar abrumado por el éxito negándose a conceder entrevistas… la bomba ha estallado.

Los problemas legales de estar facturando más de millón y medio de dólares al mes (hay quien apunta a que serían problemas de copyright por estar inspirado en otro popular juego que ya sabemos todos) sumado al repentino y brutal éxito han llegado a su creador a tomar una medida drástica que ha anunciado en su twiiter, borrar y eliminar el juego dentro de 22 horas, y ya sólo quedan 21 para poderlo descargar antes de que se extinga de todas las Stores, Play Store incluída.

 

 

Y los dos siguientes tweets expresa que no piensa vender el juego y que seguirá haciendo juegos, como los que ya publicamos que tiene.

Estamos seguros de que esta historia, que parece que tiene las horas contadas, no acabará aquí, porque tiene pinta de culebrón que quedará marcado en la historia de internet y de los videojuegos por mucho tiempo, y todo, por uno de los juegos más simples del mundo. Quien lo diría…