Los fabricantes de móviles poco a poco van mejorando sus mejores móviles, pero del mismo modo existen ocasiones donde la evolución llega a un punto absurdo. El mejor ejemplo es la memoria RAM, un componente cuya evolución ha aumentado el tamaño sin que realmente se necesite.

Cuando la carrera del hardware llega demasiado lejos

En la última década hemos visto como los teléfonos móviles han evolucionado drásticamente en cuanto a capacidades. Se trata de una unión entre hardware, con componentes de gran potencia en un espacio muy reducido, complementado con un software que aprovecha todas estas capacidades para mejorar nuestra experiencia.

Uno de los primeros móviles Android. Así ha evolucionado Android.

Hace ya 10 años que Android comenzó a llegar al mercado, y hablamos sobre ello en un especial de 10 años de Android que recomendamos leer (si aún no lo has hecho).

Ya en aquella época Android nos parecía interesante y a día de hoy es mucho mejor. Los móviles que salen hoy en día son muchísimo más potentes. Un ejemplo claro está en la memoria RAM, donde el primer móvil Android tenía 192 MB. Hoy tenemos la noticia de que el Oppo Find X tendrá 10 GB. Son 53 veces más de memoria RAM. Y la capacidad de proceso ha crecido en un orden similar, aunque no lo parezca.

No existe una razón lógica para necesitar tantísima memoria RAM

A día de hoy nos encontramos en un punto de maduración del mercado. Hace unos años nos sorprendía descubrir que de un año para otro la nueva generación de móviles era el doble de potente, razón por la que si cambiábamos de móvil cada dos años el salto era gigantesco.

Los juegos son las aplicaciones más intensivas, y aún así van bien con una cantidad moderada de RAM.

Los fabricantes quieren seguir vendiendo, y ofrecernos más de lo que teníamos es el argumento comercial número uno. Y la mejor manera de hacer entender al público de masas que hay una evolución es con números.

Este procesador saca tantos puntos en un benchmark, tiene tantos gigas de RAM, una cámara de tantos megapíxeles, una batería de tantos miliamperios. Y entre tanto tanto quedamos absortos en cifras, olvidando el punto clave. Es el software quien vende el hardware, y no al revés.

El mejor exponente para hablar de esto sería el iPhone, un móvil que al margen de las cifras siempre ha sido capaz de ofrecer una gran experiencia de uso sin necesidad de ofrecer una cantidad desorbitada de memoria RAM. Podríamos decir que es cosa de iOS, pero en Android tenemos otro exponente.

Un móvil con el doble de memoria RAM no es el doble de mejor, ni el doble de rápido, sin un software que requiera dicha capacidad.

El Google Pixel 2 XL es un móvil que tiene 4 GB de RAM, y si lo comparas con móviles con especificaciones similares, como el OnePlus 5 que tiene 8 GB de memoria RAM, podrías pensar que un móvil es el doble de mejor que otro. Y tras probar ambos móviles durante un periodo prolongado de tiempo, no notas la diferencia.

La paradoja china: Te damos un montón de RAM pero no te dejamos utilizarla

Es posible que incluso prefieras elegir un móvil porque tenga más memoria RAM sin saber para que sirve la memoria RAM. Sin extendernos demasiado en detalles técnicos. La memoria RAM es el lugar donde las aplicaciones en ejecución almacenan la información necesaria para mantenerse en funcionamiento.

Capas como MIUI suelen limitar los procesos en segundo plano.

Mientras más memoria RAM tengas, más aplicaciones puedes tener en ejecución. Del mismo modo, al disponer de más memoria, aplicaciones con un mayor nivel de complejidad pueden disponer de un mayor índice de recursos para realizar tareas más avanzadas.

Precisamente, disponer de más memoria RAM permite que puedas tener más aplicaciones ejecutándose en segundo plano. Esto plantea un problema serio, y es que las aplicaciones en segundo plano tienen un impacto negativo en la autonomía de nuestro móvil.

A más memoria, más procesos en segundo plano. A más procesos, más consumo de batería.

Muchas capas de personalización, especialmente chinas, crean funcionalidades para impedir la ejecución de aplicaciones en segundo plano, para así contener el consumo de batería.

El hecho de darte mucha memoria para tener un gran número de aplicaciones abiertas pero a su vez incluir un sistema que limite los procesos en segundo plano resulta irónico. Como si la única razón que existiese para añadir tantísima memoria fuese hacernos creer que necesitamos tantísima memoria RAM.

Algunos móviles necesitan más memoria, pero no por ello son mejores

No todos los móviles Android son iguales, y es esta diversidad la que hace que el mercado sea tan variado. Muchos fabricantes prefieren optar por versiones limpias de Android, mientras que otros fabricantes modifican el sistema añadiendo una gran cantidad de funciones nuevas.

El uso del lápiz y una interfaz dedicada requieren más recursos, pero aportan un valor.

Un móvil con capa de personalización siempre va a necesitar más memoria RAM que el mismo móvil si este tuviese una versión limpia de Android. Esto no es un problema, ya que al final la memoria está para ser utilizada. Pero todas las funciones extra que incluye un móvil requieren un extra de recursos.

Repetimos que esto no es por si negativo. Capas como Samsung Experience, Color OS, Emui o MIUI incluyen funciones que aportan una mejor experiencia de uso. Para quien las utilice será un buen uso justificado de los recursos, y claramente a quien no le interese Android puro seguirá siendo la mejor opción.

¿Cuánta memoria RAM necesito? Presente y futuro

A la hora de escribir sobre móviles y hacer recomendaciones suelen preguntarnos mucho sobre cuales móviles merecen más la pena. Aquí cada redactor u editor tiene su opinión, alguno te dirá que necesitas un montón de memoria RAM y para otros una cantidad mínima será suficiente.

A la hora de la verdad, un móvil Android que lleve una versión limpia de Android con 3 GB de memoria RAM tiene más que suficiente para ofrecer una buena experiencia de uso, y ya con 4, como en el caso del Google Pixel 2 XL nos parece una cifra ideal.

Móviles que ya tienen dos años tienen recursos suficientes para jugar a los títulos más exigentes.

Es cierto que cuando compras un nuevo móvil esperas que dure cierto tiempo, por lo que siempre existe la opción de elegir el que más tenga «por si acaso en el futuro». Es una buena lógica, ya que no sabemos si en el futuro habrá aplicaciones más avanzadas que necesiten. Pero si miramos a vista futura, teniendo en cuenta la tendencia de los fabricantes podemos sacar varias conclusiones:

  • La política de actualizaciones de los fabricantes no está a la altura. Si en un futuro necesitas más RAM, habrás cambiado de móvil antes de necesitarla porque el fabricante abandonó tu móvil.
  • A veces aparecen innovaciones interesantes, pero suelen estar reservadas al nuevo móvil que lance el fabricante. El software que aprovecha dichas capacidades suele tenerlas desde el día 1. Ya lo que saquen el año que viene será exclusivo para el móvil que presenten el año que viene.
  • Las aplicaciones de terceros podrían aprovechar la evolución del hardware, pero recordemos que esto es Android. El éxito de una aplicación parte de que sea gratuita, por lo que debe de funcionar en la mayoría de móviles del mercado. Incluidos los que cuestan 150 euros, por lo que no tiene gran sentido. Es como comprar un coche capaz de correr a 300 kilómetros por hora, sabiendo que el límite de velocidad será de 120.