Berlín

Xabier Benito, eurodiputado de Podemos de 28 años y el político con escaño más joven de la Eurocámara, ha venido este fin de semana a Berlín para poder participar en una de las acciones ciudadanas que, a nivel mundial, están haciendo llamamientos estos días para poner fin al uso de las energías fósiles. “¡Hasta aquí!” lleva por nombre la convocatoria de desobediencia civil a la que asistirá Benito y con la que se pretende frenar la actividad de la mina de carbón de Proschim. En esta localidad situada al sur de Berlín se encuentra una de las mayores explotaciones europeas de carbón a cielo abierto.

“Esta acción se enmarca en un movimiento mundial por la justicia climática que se llama Break Free que comenzó hace dos semanas”, explica Benito a El Español antes de ir a Proschim. Las movilizaciones empezaron el pasado 4 de mayo, convocando militantes ecologistas de todo el planeta para participar en acciones en una docena de países, entre los que destacan Filipinas – donde llegaron a reunirse 10.000 personas –, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Nigeria, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Brasil o Ecuador.

“El mensaje de estas acciones es que hay que terminar con los combustibles fósiles como fuente de energía por una cuestión de urgencia climática”, aclara Benito. “La idea es llamar la atención para intentar que se priorice desde ya la cuestión de la transición a un modelo más sostenible y justo”, agrega el eurodiputado.

Las movilizaciones de Break Free están apoyadas por las principales organizaciones ecologistas internacionales, como Greenpeace o el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas inglesas). Éstas han pedido incluso “apostar por un modelo energético 100% renovable en 2050 basado en las energías renovables, el ahorro y la eficiencia energética”.

“Algunos países ya han entrado en la era de las energías renovables”

A muchos puede que les suene imposible que de aquí a poco más de un cuarto de siglo se abandonen por completo las energías fósiles. La entrada en la llamada “era de las energías renovables” bien pudiera parecer una utopía. Sin embargo, no es así para los responsables de la Agencia Internacional para la Energía Renovable, organización planetaria con sede en Abu Dhabi que atiende a las siglas inglesas IRENA.

El Centro de Innovación y Tecnología de esta institución que integran de momento 147 países – otros 29 están en fase de adhesión – se encuentra en Bonn (oeste alemán). Dolf Gielen, director dicho centro, subraya en declaraciones a este diario que en algunos países “la era de las energías renovables ya es una realidad”.

Tanto es así que en la “Semana de la Innovación” que organizó la IRENA en Bonn hasta el pasado viernes se escuchó al ministro alemán para Asuntos Económicos y la Energía, el socialdemócrata Rainer Baake, decir que su país alcanzó por momentos un 100% de abastecimiento energía renovables el pasado domingo. La “Semana de la Innovación” de la IRENA, el primer evento de estas características que organiza esta agencia, reunió en la otrora capital federal a actores políticos e industriales del sector energético para debatir cuestiones relacionadas con las renovables.

Energías en crecimiento

Al año, las energías renovables representan en Alemania un 33% del total consumido. Esa es una de las proporciones más considerables del mundo. Pero hay países donde ese porcentaje es todavía mayor. En Dinamarca, hasta el 42% de la energía que se consume la producen turbinas eólicas. Suecia es el país europeo con mayor consumo de renovables (52,6%). Al otro lado del Océano Atlántico, en Uruguay, el 94,5% de la electricidad procede de fuentes energéticas renovables. Hace quince años, la proporción en el pequeño país latinoamericano era del 27%. En España, el porcentaje es del 16,2%, dos décimas más que la media Europea.

“Las energías renovables representan un 23% del consumo energético en el planeta, pero ese porcentaje está creciendo a un ritmo anual del 1%”, sostiene Gielen. “Mucha de esa energía es hidráulica, pero está creciendo el porcentaje de la eólica, la solar, la biomasa y otras tecnologías”, agrega.

La Comisión Europea tiene como propósito que se alcance un 27% el consumo de energías renovables en 2030, siendo la meta para 2020 una proporción del 20%. “Pero esos objetivos parece que no se van a cumplir”, mantiene Benito, el eurodiputado español de visita en Alemania. En realidad, los mercados más prometedores en lo que a este tipo de energía se refiere, según hacen ver en la IRENA, no están en el 'Viejo Continente'.

Empujada por sus problemas con la contaminación del aire, China se ha convertido en el “mercado más interesante para las energías renovables”, según los términos de Gielen. En la IRENA también citan el desarrollo de la energía solar en India, Japón o Estados Unidos, frente a una Europa que ha dejado de estar entre las regiones en las que más crece el uso de las renovables. “El desarrollo del mercado ha cambiado, ahora se extiende hacia otras partes del mundo, los países que más crecen en el uso de energía renovable están fuera de Europa”, apunta el director del Centro de Innovación y Tecnología de la IRENA.

Barreras en el camino

El contexto de crisis económica, que entraña también un decaimiento de la actividad en general, se encuentra entre los factores fundamentales para explicar por qué Europa ya no es tan exponente en esta materia. Pero también hay otros, como el actual bajo precio de los hidrocarburos, especialmente el del gas natural, que ejerce de freno para las renovables en el 'Viejo Continente'.

Para Benito, también resulta clave en la “insuficiencia” europea en lo que respecta a la energías renovables, que el poder privado, representado en las grandes empresas de combustibles fósiles, tengan “secuestradas a las instituciones europeas”. “El 80% de las reuniones que tuvo el año pasado el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, fueron con actores de la industria de la energía fósiles”, denuncia el eurodiputado de Podemos.

“Hace falta trabajar en el diseño de mercados y en modelos de negocio de las energías renovables”

Otras barreras, sin embargo, tienen que ver con que, a diferencia de la industria de las energías fósiles – firmemente implantada a nivel global –, las energías renovables aún construyen su tejido industrial. De ahí que en la “Semana de la Innovación” de la IRENA se escuchara en repetidas ocasiones que, pese a existir la tecnología suficiente para abastecer con energías renovables al mundo, aún “hace falta trabajar en el diseño de mercados y en modelos de negocio”, sostiene Gielen.

Él está de acuerdo en afirmar que la industria de las renovables, como tal, todavía está por hacer. Levantarla no iría sólo en beneficio del medio ambiente. También hay en juego la creación de hasta diez millones de empleos, según los cálculos que se hacen en la IRENA.

Una apuesta segura

Con todo, las renovables ya pueden ser la mejor opción en según qué circunstancias. “Hace dos semanas hubo un anuncio en Dubái sobre producción de energía solar según el cual llegó a costar tres dólares el kilowatio la hora, un precio bajísimo, más barato que el del gas natural, del carbón o de cualquier otra fuente de energía”, recuerda Gielen.

Obviamente un rendimiento similar al del sol emiratí es imposible de encontrar en Europa. Además, energías como la solar obligan a pensar en soluciones para cuando no se dispone de la fuente energética renovable, por ejemplo, cuando es de noche o no sopla el viento. Encontrar respuestas, sin embargo, resulta una exigencia insoslayable si se tiene a la vista la agenda climática internacional. En ella figura el deseo de reducir las emisiones de dióxido de carbono “lo antes posible” para mantener por debajo de los dos grados centígrados en calentamiento global. Así se prometió en la XXI Conferencia sobre Cambio Climático de París a finales del año pasado.

“Es obligado avanzar hacia una era de las energías renovables”, sentencia Benito. En este sentido, Gielen subraya que “el problema del dióxido de carbono nos acompañará mucho tiempo, y ahora mismo hay pocas alternativas para lidiar con este tipo de emisiones, más allá de combinar eficiencia energética con energías renovables”. Éstas, a su modo de ver, “son una apuesta segura”.