Carlos Alcaraz tiene por delante un reto mayúsculo que va más allá de retener el número uno del mundo. El español está registrando un año de ensueño a pesar de las dudas con las que comenzó la temporada tras la derrota ante Djokovic en los cuartos de final del Open de Australia.
Este año no solamente ha sido el de mayor éxito en su carrera, sino que además ha sido cuando ha alcanzado la madurez en su tenis. Los ocho títulos -entre los que se encuentran Roland Garros y el US Open- así lo reflejan. Sin embargo, al tenista aún le quedan deberes por hacer.
Carlitos tiene tres metas claras para este cierre de temporada: triunfar en París, imponerse en las ATP Finals y reconquistar la Copa Davis para España, una Ensaladera que lleva siendo esquiva para el combinado nacional los últimos seis años.
Desde su irrupción en el circuito profesional, los tres desafíos se le han escapado a Alcaraz, lo que ha llevado al número 1 del mundo a plantearse una nueva estrategia para 2025 con el objetivo de intentar "acabar bien el año".
"Esta parte de la temporada no la suelo hacer muy bien y me motiva el reto de mejorar lo que he hecho los años anteriores y ganar lo máximo que pueda", expresó el murciano en rueda de prensa tras entrenar en La Défense Arena, donde se disputará el Masters parisino desde este año.
Comienza la conjura
Carlos Alcaraz encara el Masters 1.000 de París con un reto tan claro como ambicioso: cambiar la tendencia negativa que le acompaña cada final de temporada.
El número 1 llega con una hoja de ruta diferente a la de 2023. Tras Tokio, decidió no jugar Shanghái y regresar a Murcia para completar una preparación específica, consciente de que su físico se resentía cuando encadenaba torneos en el tramo final del calendario.
"No quería encadenar dos torneos seguidos. En años pasados no llegaba fresco y se vio en los resultados", explicó. Recuperar energía era obligatorio para afrontar lo que se viene: París ahora, Turín después y la Copa Davis para cerrar el año con la selección.
Tres torneos, un mismo propósito: competir hasta el último punto de la temporada: "Siempre he soñado con los tres. No sabría con cuál quedarme", reconoció con una sonrisa.
Cuatro años han pasado desde que Alcaraz sufrió una de las derrotas más dolorosas en su carrera cuando perdió ante Hugo Gastón en los octavos de final del Masters 1.000 de París. Aquel niño de 18 años terminó con lágrimas en los ojos y la suerte no ha cambiado, ya que nunca ha pasado de la tercera ronda.
Sin embargo, lo cierto es que el conocido popularmente como París-Bercy es un torneo maldito para los tenistas españoles. Y es que en las cinco décadas en las que se ha celebrado solo un jugador ha conseguido levantarlo... y no fue Rafa Nadal.
A romper el maleficio
La Défense podría ser el escenario de un cambio de paradigma para el tenis español en París. Solo David Ferrer, actual capitán del equipo español en la Copa Davis, ha logrado levantar el trofeo en Bercy. Fue en 2012, cuando derrotó al polaco Jerzy Janowicz por 6-4 y 6-3, para convertirse en el primer y único español hasta la fecha en proclamarse campeón en la capital francesa.
Ni Rafa Nadal, que solo disputó una final (2007) del Masters 1.000 parisino, ni Juan Carlos Ferrero, que nunca llegó a jugar un partido por el título, ni Carlos Moyá, cuyo mejor resultado fueron unas semifinales, ni Fernando Verdasco, ni Feliciano López, ambos en rondas importantes pero sin llegar a la final, lograron nunca coronarse en Bercy.
Carlos Alcaraz, en la final del ATP 500 de Tokio
Si el español se impone en París y en Turín -donde se celebrarán las ATP Finals- se convertirá en el mejor número 1 en un año natural de la última década. A día de hoy suma 11.540 puntos y podría llegar a 13.740 si conquista ambos campeonatos.
Hay que remontarse a 2015 para encontrar a un tenista con mayor puntuación de la que podría alcanzar el actual número 1 en este 2025. El protagonista entonces fue un Djokovic majestuoso con 16.585, que es el récord absoluto, una cota a la que es difícil acercarse. Sí tiene a tiro Carlos el tope de Nadal, su ídolo y que llegó a los 13.030 en 2013.
El de Belgrado, que acabó como líder del circuito ocho años, ganó en ese 2015 para el recuerdo 11 títulos, entre ellos los Grand Slam de Australia, Wimbledon y Estados Unidos, con un 82-6 en el bagaje de triunfos-derrotas.
Desde entonces inscribieron su nombre como el mejor a 31 de diciembre el británico Andy Murray, con 12.410 en 2016; Nadal, con 10.645 en 2017 y 9.985 en 2019; el propio Djokovic, con 9.045 en 2018, 12.030 en 2020, 11.540 en 2021 y 11.245 en 2023, año en el que Alcaraz ocupó el segundo puesto con 8.855.
