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Carlos Alcaraz y Jannik Sinner se encargaron de reeditar la final del año pasado en la pista rápida cubierta del ANB Arena de Riad y el italiano se ha encargado de repetir el mismo resultado que en aquella final.

A pesar de ser un torneo de exhibición, esta victoria permitió al transalpino quitarse el amargo sabor que le habían dejado sus últimas derrotas ante el número uno del mundo. Convencido de que su juego debía cambiar si quería plantar cara a Carlitos, el italiano sorprendió con un juego muy agresivo desde el fondo de la pista.

Quizás eso sorprendió a Alcaraz, quien entró al partido algo titubeante y en un abrir y cerrar de ojos ya vio cómo la final se le ponía muy cuesta arriba. 27 minutos duró el primer set, mientras que en el segundo sí mostró oposición ante el eléctrico juego del tenista transalpino.

La intensidad subió en la segunda manga con juegos mucho más disputados, algo que agradecerían los aficionados saudíes presentes en las gradas del ANB Arena de Riad. El nivel subió y el espectáculo fue aún mayor para deleite de los impulsores de que Arabia tenga un hueco en el exigente calendario de los tenistas.

Un inicio arrollador

Sin darle margen a Alcaraz para empezar a coger sensaciones, Sinner obró el primer break nada más comenzar el partido. La solidez en su servicio le permitió confirmar la rotura y generar dudas en su rival, quien todavía buscaba asentarse en la final.

Desde el fondo de la pista, el español estrenó su marcador mostrando su fortaleza en el saque, un recurso que había mejorado durante el US Open, aunque en esta ocasión lo que le faltó fue la consistencia para mantener su servicio y encontrar la forma en la que buscar las cosquillas al italiano.

Muy firme desde el resto y dominando los intercambios, Sinner se escapó con un nuevo break ante un Alcaraz al que le costó encontrar ritmo en la final del Six Kings Slam. Con un tenis preciso y sin fisuras puso contra las cuerdas a Carlitos, quien estaba completamente a merced de su rival.

El español trató de maquillar el resultado del primer set, pero más allá de defender de manera exitosa en una ocasión su servicio, el esfuerzo fue en vano. No había forma de cambiar el guion del partido.

Sin opción

Hubo algo más de tenis en el segundo set. Carlos intentó encontrar soluciones retrasando su posición al resto, buscando algunas dejadas y variando sus golpes, pero no fue suficiente.

Hasta el 3-3 el duelo se mantuvo igualado. Alcaraz tuvo que esforzarse para sumar su tercer juego, mientras que Sinner respondió con otro turno de saque cómodo. Luego volvió a romperle el servicio, y con eso bastó para sentenciar el partido en poco más de una hora.

Durante la entrega de trofeos, Carlos no mostró preocupación. Es evidente que una derrota -la segunda consecutiva tras la final del año pasado- en una exhibición no duele demasiado, aunque deja un precedente inquietante. .