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Un doble 'rosco'. Con esta pasmosa facilidad solventó Iga Swiatek la final femenina de Wimbledon ante Anisimova para proclamarse campeona de este Grand Slam por primera vez en su carrera deportiva. [Así vivimos la victoria de Swiatek ante Anisimova]

No hubo demasiada historia. El marcador no miente y habla a las claras de las sensaciones que tuvieron una y otra tenista sobre la desgastada hierba del All England Club.

Swiatek fue un auténtico ciclón sobre la pista. En el momento en el que logró la primera rotura del servicio en los albores del encuentro la final empezó a morir. A la polaca le salió absolutamente todo. Siempre concentrada, siempre impasible y con un rostro serio.

En el otro lado de la pista, el partido fue una auténtica pesadilla para Amanda Anisimova. La estadounidense no se encontró en ningún momento, vio que se le iba a escapando un juego tras otro y en un abrir y cerrar de ojos estaba sentada en el banquillo casi en estado de shock.

Y es que no llegó ni siquiera a la hora de juego esta final entre Swiatek y Anisimova. Algo que no se veía desde hacía once años en la pista central de Wimbledon.

Sin historia

Para Anisimova fue uno de esos días en los que a uno le sale todo cruzado. Era la primera vez que llegaba a una final de un Grand Slam y ese cúmulo de sensaciones que vivió en su cabeza se tornaron en su contra.

La experiencia y veteranía de una jugadora mucho más habituada a estas grandes citas como Iga Swiatek se convirtieron en factores fundamentales que decantaron la balanza a favor de la polaca de forma tan exagerada.

Todo se torció para Anisimova en el primer juego del encuentro, y desde entonces no levantó cabeza. Arrancó el partido cediendo un 0-40 y, pese a que salvó la primera bola de break, no fue capaz de hacer lo mismo con las siguientes.

A partir de ahí todo fue rodado para Swiatek. La tenista polaca se cargó de confianza y, con un tenis excelso y sin fallo alguno, firmó un primer set perfecto. No cedió ni una sola bola de break la exnúmero 1 del mundo, y siempre amenazó al resto a su rival.

El resultado fue un 6-0 arrollador en apenas 25 minutos de juego. Y aquello era tan sólo un preludio de lo que estaba por llegar.

Iga Swiatek ejecuta un revés en la final de Wimbledon 2025. REUTERS

La segunda manga fue más de lo mismo. Anisimova no fue capaz de darle la vuelta a una situación tan complicada. Incapaz de pensar en la remontada, todo empeoró para ella cuando la película volvió a repetirse al perder su servicio en el primer juego.

Swiatek detectó las debilidades de su rival y no tuvo piedad alguna, como hacen las campeonas. No permitió de nuevo a Anisimova hacerle cosquillas al resto y cada uno de los servicios de la estadounidense los fue destrozando.

Anisimova, entre lágrimas tras perder la final de Wimbledon. REUTERS

Uno tras otro hasta llegar a la primera bola de partido. Aquella la consiguió salvar Anisimova, que quería dar un poco más de juego, pero a la segunda fue la vencida y Swiatek ya tiene su primer título de Wimbledon en la final de Grand Slam más fácil que ha disputado hasta la fecha.