La jornada del lunes en Wimbledon dejó mucho más que la épica victoria de Carlos Alcaraz frente al veterano italiano Fabio Fognini.
En medio de un intenso duelo a cinco sets en la pista central, un espectador se desplomó en las gradas, presumiblemente por el sofocante calor que azotó Londres con temperaturas que alcanzaron los 34 grados, algo inusual en el verano británico.
La situación obligó a interrumpir el partido durante quince minutos, mientras el personal médico intervenía y el propio Alcaraz enviaba una botella de agua a las gradas para colaborar con la atención.
La escena avivó el debate entre el público, que reclamó a la organización del torneo medidas de protección, como el cierre del techo retráctil de la pista central y la pista 1 durante las horas de mayor exposición solar.
Sin embargo, el número 2 del mundo fue tajante al responder a esas demandas: no cree que se deba cerrar el techo solo por calor.
"Estamos en un torneo al aire libre, así que el techo solo debería cerrarse si no se puede jugar de otra forma", argumentó el murciano tras su clasificación a segunda ronda.
Y añadió con rotundidad: "Lidiar con el calor forma parte del desafío. Tenemos que afrontarlo de la mejor manera posible".
Alcaraz empatizó con el público, reconociendo que las condiciones fueron especialmente duras para quienes permanecen sentados durante horas bajo el sol sin moverse.
"En Londres no están acostumbrados a este clima. Estar cinco horas en la grada con el sol golpeando directamente es difícil", admitió.
Pero insistió: "Aunque sea duro para los espectadores, seguimos jugando un torneo al aire libre, y por eso no creo que deba cerrarse el techo".
Carlos Alcaraz lleva una botella de agua fría a un aficionado afectado por el calor en Wimbledon
La intervención del campeón de cinco Grand Slam no tardó en generar reacciones en redes sociales, donde algunos aficionados le acusaron de priorizar la pureza del torneo sobre la salud del público.
No obstante, otros aplaudieron su postura como un gesto de coherencia deportiva y fidelidad al espíritu del certamen londinense, que presume de su carácter abierto y tradicional.
El incidente marcó un antes y un después en el partido, que ya de por sí estaba siendo una batalla física y mental.
Fognini, siempre combativo, llevó al español al límite, obligándolo a remontar tras ceder los dos primeros sets.
Finalmente, Alcaraz se impuso con parciales de 6-7, 5-7, 6-3, 6-4 y 6-2, demostrando una vez más su capacidad para sobrevivir en el alambre y reinventarse en los momentos de máxima exigencia.
Segunda ronda
Con la clasificación sellada, el murciano ya tiene en la mira su compromiso de segunda ronda frente al británico Oliver Tarvet, número 733 del ranking ATP, pero que ha sido una de las grandes sorpresas del torneo.
Pese a la abismal diferencia de posición en la clasificación, Alcaraz dejó claro que no subestimará al rival. "Si está en segunda ronda es porque se lo merece. Está jugando un gran tenis", afirmó con humildad.
En sus declaraciones, el tenista español fue enfático en la necesidad de mantener el respeto independientemente del escalafón del oponente. "Tengo que entrar en la pista pensando que, si no doy mi mejor nivel, puedo perder", advirtió.
Y reconoció haber visto a Tarvet en acción: "Tiene un buen nivel, aunque no esté jugando profesionalmente o haya disputado su primer partido del circuito".
La polémica por el calor en Wimbledon seguramente continuará en los próximos días, sobre todo si las temperaturas siguen elevadas.
El torneo, conocido por su tradición centenaria, se enfrenta ahora a un nuevo dilema: cómo adaptarse a los efectos del cambio climático sin renunciar a su esencia.