París (enviado especial)

Días después de acariciar las semifinales de Roland Garros, Paula Badosa (Nueva York, Estados Unidos; 1997) atienda a EL ESPAÑOL desde Marbella para reflexionar tras cerrar los mejores meses de su carrera con una gira de tierra batida fantástica en la que ha superado varios retos: su primera victoria ante una número uno del mundo (contra la australiana Barty), su primer título (Charleston) y sus primeros cuartos de final de Grand Slam (Roland Garros), que se le escaparon por un par de detalles. 

¿Cómo está?

Estoy bien, con una mezcla de emociones. Por una parte, fastidiada por lo que pasó el otro día porque era una oportunidad y estuve muy cerca de ganar el partido; por la otra, orgullosa por el camino recorrido durante toda la gira de tierra batida. También estoy un poco cansada, lógicamente. Sigo triste porque hace unos días estaba jugando en París y con buenas opciones de llegar a las semifinales, pero muy contenta porque lo di absolutamente todo.

¿Ha tenido tiempo de analizar los motivos de la derrota?

Sinceramente, pienso que ella controló mejor los nervios, estuvo más tranquila durante todo el partido. Yo tuve más altibajos, no supe gestionar bien la presión, Las ganas de querer llegar a semifinales me perjudicaron un poco. 

Debe pesar jugar en la Philippe Chatrier por primera vez…

Lo noté. Era mi primera vez, pero además yo tenía muchas expectativas y no supe controlarlo bien. Al margen de eso, ella jugó a un gran nivel y estoy convencida de que terminará el año muy arriba en la clasificación. 

¿Ha recibido muchos mensajes estos días?

He recibido muchos mensajes positivos, sí. Mi entorno cercano estaba muy orgulloso. También tengo que agradecer a todos los seguidores que me apoyan incondicionalmente en las buenas y en las malas. Desde que estoy entrenando con Javi, he completado rápidamente un proceso que me ha llevado a jugar muy bien, disputando finales de torneos e incluso consiguiendo ganar mi primer título.

¿Le sorprende lo rápido que ha ido todo?

Sí que me sorprende. Llevo mucho tiempo luchando y posiblemente no había acertado con mis entornos. Con Javi he hecho un equipo espectacular, trabajando desde el principio. Él me ha puesto un gran grupo de trabajo: mi preparador físico, mi fisioterapeuta… siento que me apoyan todas las horas del día. Eso es muy importante. Javi siempre ha creído mucho en mí, nunca ha dejado de tener fe. Desde el primer momento me dijo que los resultados llegarían si trabajaba duro, y le tengo que dar la razón.

¿Qué buscaba cuando le llamó en septiembre del año pasado?

Volver a disfrutar en la pista. Había dado el paso de meterme entre las 100 mejores, pero eso me seguía costando y estaba muy lejos de muchas cosas. Siempre he pecado mucho de pegarle muy bien a la pelota, aunque no estaba hecha como tenista. Eso es lo más importante que hemos conseguido: ponerme físicamente como una atleta y mentalmente prepararme para los partidos más tensos, como los que he superado en Madrid, Belgrado o Roland Garros. Tenísticamente también he progresado en muchos aspectos, tanto técnicos como tácticos. 

Ese cambio físico se ha notado mucho en su apariencia, sobre todo desde Charleston.

Sí, y lo noto muchísimo, sobre todo en la pista y a la hora de recuperar. Vengo trabajando muy bien desde la pretemporada, pero quizás no se vio tanto por el mes parada que estuve en Australia tras dar positivo en covid-19. Me costó bastante recuperarme y sentí que había perdido un poco la forma, pero seguí esforzándome y el cambio se empezó a notar mucho en Charleston. 

Usted ganó Roland Garros júnior en 2015, pero hasta llegar al punto actual ha pasado por muchos momentos difíciles. ¿Temió perderse?

He pasado por esa etapa durante bastante tiempo. No veía la luz al final del túnel, me estaba costando porque no acertaba con la gente que tenía a mi alrededor. No era capaz de encajar todas las piezas del puzzle y tenía miedo a perderme. Hemos visto muchos jugadores que han destacado cuando eran jóvenes, pero luego no han sido capaces de dar al salto al profesionalismo. Me daba miedo que me pasara lo mismo.

¿Qué le apetece hacer ahora?

He descansado un par de días en Marbella y ya estoy entrenando de nuevo, aunque lo haré aquí. A veces. es importante estar en un sitio cómodo y Marbella es ideal para eso. 

¿Tiene ganas de jugar en hierba?

Me gusta. Me sentí cómoda cuando jugué hace un par de años. Va a ser una gira muy corta porque solo voy a disputar dos torneos. En hierba nunca se sabe porque te puede ir muy bien o al contrari. A mí la superficie me gusta y tengo ganas de jugar otro Grand Slam. Ojalá pueda tener otra oportunidad como la de Roland Garros para poder aprender de los fallos.

Después de lo de París, lo normal es que ya no tenga el factor sorpresa cuando salga a la pista...

Ahora tengo que aprender a ser favorita cuando me toque. Es el siguiente paso a trabajar mentalmente. Estaba en otra situación hasta hace poco, y es lo que me toca. Espero superarlo para seguir creciendo.