París (enviado especial)

El primer paso ya está dado, pero ha costado una barbaridad. Garbiñe Muguruza debutó este lunes en Roland Garros superando a Tamara Zidansek por 7-5, 4-6 y 8-6 en 3h01m. No fue una tarde fácil para la española: tuvo que remontar un 0-3 en el primer parcial, vio cómo su rival le recuperaba un break de ventaja en el segundo en dos ocasiones (de 1-2 a 2-2, de 4-3 a 4-4) para terminar empatando el cruce, se enfrentó a un 0-3 en la manga decisiva y sobrevivió por los pelos. Con manga larga y calentadores para combatir el frío, Muguruza avanzó a la segunda ronda reafirmando un mensaje que trabajó en Roma: su objetivo es volver a conquistar París, cueste lo que cueste.

“Ha sido un cúmulo de todo”, dijo la tenista después de la victoria. "La tensión de estar en un Grand Slam, el primer partido, una jugadora desconocida y… que ella ha estado a un nivel muy alto”, enumeró la campeona de dos grandes. “Estoy contenta porque he conseguido ganar, pero necesito mejorar algunas cosas”.

Zidansek, 83 mundial, salió liberada de toda presión al cruce. Garbiñe, sin embargo, facilitó que su contraria se pusiese 3-0 en un parpadeo. Agobiada por los errores, la española concedió esa ventaja en el marcador y la anuló en el momento que ganó algo de seriedad en su juego. Sin perder la agresividad que define su estilo, Muguruza cuidó la toma de decisiones y empezó a competir de tú a tú ante una oponente que no se dejó intimidar por la reacción de la ex número uno mundial.

Entonces, el encuentro se igualó tanto que la española llegó a verlo perdido.

Después de ganar el primer parcial viniendo desde atrás, Muguruza arrancó el segundo pensando que lo tenía hecho, pan comido, un mero trámite. Si fue así, se equivocó rotundamente. Dos veces logró un break en el segundo set Muguruza y dos veces se le devolvió Zidansek (1-2 a 2-2, 4-3 a 4-4). La eslovena, con una confianza apabullante, bordando el tenis, arrinconó a Garbiñe de tiro en tiro y volvió encontrar lo que buscaba: los fallos de su rival.

Con un 3-0 de entrada en el tercer parcial, Zidansek acarició tanto la victoria que terminó dejándola escapar cuando la tenía a tiro por una razón muy sencilla: Muguruza es 100 veces mejor tenista. A la española, que acabó con 64 errores no forzados (¡64!) y perdió seis veces su saque (¡seis!), le bastó con mantener la tranquilidad que le faltó a su oponente para acabar abrazada a la victoria.

“Antes, emocionalmente, los momentos importantes no iban de mi lado por varias cosas”, aseguró Muguruza. “Confianza, respeto, nervios… ahora me noto más rodada. Este año he jugado partidos duros y hoy sentía que estaba preparada para jugar todos los sets que fueran necesarios”.

Toda una declaración de intenciones.