Jugando mal, lejos de su mejor nivel, Novak Djokovic levantó este lunes el título de campeón en Roma (7-5, 6-3 a Diego Schwartzman) y confirmó lo que ya se sabía: el serbio, que se convirtió en el tenista con más Masters 1000 de la historia (36, por los 35 de Rafael Nadal), es una máquina de ganar como pocas han existido. Después de ser descalificado en los octavos de final del US Open tras darle un pelotazo a una juez de línea, Nole decidió hacer la transición de pista dura a tierra batida para jugar en el Foro Itálico. Sin encontrarse nunca del todo cómodo, el número uno fue superando las rondas hasta llegar a la final. Allí, con el trofeo a tiro, ganó al argentino y le mandó un mensaje a todos sus rivales: desde hoy mismo, va de cabeza a por Roland Garros (desde el 27 de septiembre).

“Tuve una semana muy buena”, dijo Djokovic tras el triunfo. “No creo que haya jugado mi mejor tenis, para ser honesto. No quiero parecer arrogante aquí. Por supuesto, estoy muy satisfecho y feliz de ganar un título. Espero poder subir el nivel para Roland Garros porque eso será necesario si quiero avanzar en el torneo. Esto me da aún más confianza, algo absolutamente necesario para un Grand Slam”.

Como durante toda la semana, Djokovic compitió con los nervios a flor de piel. Schwartzman consiguió un doble break de arranque (3-0 y saque) que puso contra las cuerdas a su oponente. De grito en grito, entregado a una ira que le ha acompañado desde su debut el pasado miércoles, el serbio recortó la distancia (3-3) y se lanzó en tromba a por el primer parcial, que terminó haciendo suyo evitando el desempate por los pelos. Con un aullido desgarrador, el campeón de 17 grandes celebró que le había pegado un mordisco al título.

Djokovic, tras la victoria en Roma. Riccardo Antimiani Reuters

Schwartzman lo intentó rompiéndole el saque a Djokovic en el arranque de la segunda manga (1-0), pero fue para nada: de la nada, Nole devolvió la igualdad (1-1) y coronó el resto de la final sin sobresaltos para levantar un título que reafirma muchas cosas. La principal, quizás, es el aviso para todos los que aspiran a ganar la Copa de los Mosqueteros: Djokovic parte en una posición ventajosa para dar caza a Nadal.

Novak no ha perdido un partido este año en la pista, así que va con mucha confianza sabiendo eso”, dijo Schwartzman tras la derrota en Roma. “Y Rafa es el rey. Roland Garros es su casa. Ha llegado allí muchos años jugando bien, pero otras sin jugar lo mejor posible y ganó. Nadal siempre está ahí”.

“A pesar de que perdió esta semana, sigo pensando que Nadal es el favorito número uno, y mucha gente estará de acuerdo”, dijo Djokovic. “Su récord allí, su historia de resultados, no puedes hacerle frente, pero Diego demostró que se le puede ganar a Nadal en tierra batida”, prosiguió el serbio. “Las condiciones en las que jugaron la otra noche las vamos a tener en París: tierra pesada, poco bote, humedad, sesión nocturna… Va a ser interesante. A pesar de ser el principal candidato, hay jugadores que pueden ganarle allí”.