De manera rápida y contundente. Así se terminó este domingo la fabulosa aventura de Alejandro Dadivovich en el US Open. En octavos de final, Alexander Zverev venció 6-2, 6-2, 6-1 al español en 1h34m y acabó con su sueño de seguir adelante en el Grand Slam estadounidense, donde ha derribado por primera vez la barrera de meterse en la segunda semana de competición de uno de los cuatro torneos más importantes del calendario. La derrota, lógicamente, no puede empañar lo que Davidovich se lleva de Nueva York: con solo 21 años, su futuro se prevé más que interesante. 

“Ha sido un partido muy duro, él ha jugado bien”, reconoció Davidovich. “He intentado construir mi juego, pero en los momentos importantes siempre aparecía para frenarme. Mis sensaciones son muy buenas porque he llegado a la segunda semana. Me voy contento, ahora a pensar en el siguiente torneo. De aquí me llevo mucha experiencia”, cerró el español, que al llegar a cuartos de final se garantizó subir 29 puestos, hasta el número 70 aproximadamente.

El español tardó algo más de media hora en leer el partido, exactamente el mismo tiempo que necesitó Zverev para hacerse con el primer parcial. Davidovich arrancó con nervios y sin el esquema de juego más apropiado, pero pronto se templó y apostó por un plan de asalto más idóneo, buscándole las cosquillas al alemán por la zona de su derecha y cargando con fuerza sobre el drive de su contrario para hacerle algo daño desde el fondo de la pista, la zona en la que se discutió casi siempre la victoria. 

Después de ceder la primera manga, Davidovich abrió la segunda con un break para colocarse 2-0. Fue un motivo para creer en la victoria que le duró poco menos de 10 minutos: Zverev le propinó un 6-0 de parcial, sobreponiéndose también al cambio de esquema del español y dejándole bien claro la dureza de un cruce del máximo nivel. Inspirado al saque (terminó con 18 aces), el alemán salvó dos turnos de saque complicados, en los que Davidovich se fabricó tres bolas de rotura y no convirtió ninguna, y se plantó en el tercer set con todo de cara para rematar a un rival que encaró el tramo final medio cojo, físicamente lastrado.

Tras lesionarse el tobillo derecho durante una subida a la red en el primer juego de esa tercera manga, Davidovich solicitó la presencia del fisioterapeuta para ver cómo podía ayudarle. Un aparatoso vendaje le permitió terminar de jugar el encuentro, pero no impidió que compitiese sin electricidad, visiblemente dolorido y sin poder desplazarse con normalidad. Zverev, claro, lo aprovechó para pegarle el mordisco decisivo al cruce y cerrar su pase a cuartos de final.