El austriaco Dominic Thiem buscará romper la barrera definitiva que le distancia del Olimpo del tenis mundial en la final del Open de Australia que disputará este domingo ante el serbio Novak Djokovic, poseedor de siete coronas y vigente campeón (19:30 horas local; 09.30 CET).

Sus dos últimas victorias frente al de Belgrado, en Roland Garros y las Finales ATP en Londres, alientan las expectativas del austríaco, verdugo del número uno del mundo Rafael Nadal en cuartos de final y del alemán Alexander Zverev en semifinales.

Thiem tiene ante sí la posibilidad de invadir la hegemonía de los tres grandes (Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer) que se apuntaron los últimos doce campeonatos ‘slam’.

Le quitó hierro a estos antecedentes su entrenador, el exjugador chileno Nicolás Massú, quien comentó que la final es un partido completamente al margen de los que disputaron en el pasado y que su pupilo austriaco deberá de luchar desde la primera hasta la última bola si quiere levantar el título a orillas del río Yarra.

Sería el primer título Grand Slam para un Thiem que arrancó el torneo con algunas después, en particular tras remontar su partido a cinco sets ante el local e invitado al torneo Alex Bolt, y que ha llegado a la final de la mejor manera posible tras hacer alarde de un tenis espectacular ante el número uno mundial Nadal, en cuartos de final, y el germano Alexander Zverev (7) en semifinales.

Pareció aquejarse más de la cuenta de algunas molestias físicas durante su victoria ante Zverev como consecuencia del desgaste acumulado en su épico duelo ante el balear pero Massú despejó cualquier dudas y confirmó que “está muy bien y con muchas ganas”.

Djokovic, celebrando un punto en su partido ante Djokovic. Hannah Mckay Reuters

Tendrá la ocasión, además, de ser el segundo jugador en vencer a Nadal y Djokovic en el mismo Grand Slam después de que el suizo Stan Wawrinka apeara tanto al español como al serbio en su camino al título en Melbourne en la edición de 2014.

Sin embargo, el último escalón será el más exigente ya que tendrá en el otro lado de la red al jugador más dominante sobre la superficie de Melbourne Park, el serbio Djokovic que cuenta con siete títulos en el primer ‘major’ del año (2008, 2011, 2013, 2015, 2016 y 2019).

Djokovic tendrá la oportunidad de convertirse en el primer jugador de la era open en lograr un título Grand Slam en tres décadas diferentes y el segundo en toda la historia de este deporte en este aspecto tras el australiano Ken Rosewall.

También, podría convertirse en el tercer jugador en acumular ocho o más títulos de un ‘major’ en un concreto y unirse a una lista liderada por Nadal con sus 12 coronas en Francia y seguida por Federer con sus 8 títulos en Londres.

Además, otro de sus incentivos será la posibilidad de reinar la clasificación ATP, tras los cuatro meses de reinado del español, con una hipotética victoria que le mantendría los puntos obtenidos en la edición pasada cuando salió campeón.

Todos estos alicientes convertirán en la final de este domingo en un duelo épico que mantendrá la hegemonía del viejo orden o, por el contrario, confirmará la irrupción de los sucesores naturales a reinar la ATP en los próximos diez años.

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