Sídney (enviado especial)

A Roberto Bautista le dio igual no haber podido jugar en la pista central de Sídney antes. También la diferencia horaria con Perth (tres horas más) y el poco de tiempo de adaptación a las nuevas condiciones (más calor y más humedad). Incluso el inesperado movimiento del equipo belga, que en el último momento cambió a Steve Darcis por Kimmer Coppejans para jugar el primer punto de la eliminatoria de cuartos de final contra España. Blindado a todo eso, el número nueve derrotó 6-1 y 6-4 a su contrario para poner a la selección a una victoria de las semifinales, donde ya espera Australia. [Narración y estadísticas]

“Ha sido un buen partido, el primero que juego en la pista central de Sídney”, recordó Bautista después de la victoria. “Apenas hemos tenido tiempo para entrenar y poder adaptarnos a las condiciones, que son bastante diferentes a las de Perth. Estoy contento porque he sacado el encuentro adelante. Ha sido un día muy difícil”, prosiguió el español. “Mucho calor, mucha humedad… las condiciones son más pesadas. Lo más importante es que voy cogiendo ritmo, entrando en el año con partidos, pero ya tengo ganas de tener enfrente a buen rival y medirme cara a cara con él”.

Bautista se marchó de Perth con un balance de 3-0 en sus partidos individuales, completando una fase de grupos perfecta. Aunque sus rivales le exigieron poco (el georgiano Metreveli, 678 del mundo, el uruguayo Roncadelli, sin ranking profesional, y Go Soeda, el 119), el castellonense hizo lo que España necesitaba: cumplir el objetivo de ganar sin importar los galones de sus contrarios, lo que muchas veces es todo un problema por la falta de ritmo y la búsqueda de la perfección casi obligada frente a tenistas de rango muy inferior.

Algo similar le ocurrió a Bautista con Coppejans (158 del ranking), al que nunca se había enfrentado. Salió lanzado el español hasta llevarse el primer parcial después de romperle dos veces el saque al belga, y se enredó en el inicio del segundo, cuando posiblemente ya se veía ganador. En consecuencia, Coppejans se colocó 3-0 y soñó por un ratito con hacerse con ese parcial para forzar el decisivo. Eso, claro, no ocurrió porque la lógica se impuso y Bautista respondió con rapidez y el cruce volvió a nivelarse (3-3) dando paso a un duelo más igualado, más intenso, más duro.

Desde el 3-3 en adelante, Bautista y Coppejans se enzarzaron en un puñado de peloteos fantástico, buenísimo el nivel de ambos, del que el número nueve salió adelante dando un arreón de tenis increíble, marcando las diferencias cuando el partido se lo estaba pidiendo a gritos para amarrar la victoria.