Londres (enviado especial)

Ganar y esperar.

Por segundo día consecutivo, Rafael Nadal necesitó remontar para conseguir su segunda victoria en la Copa de Maestros de Londres, otra vez en un partido tremendamente tenso. El 6-7, 6-4 y 7-5 que el español le propinó a Stefanos Tsitsipas le deja en la situación que necesitaba: el número uno necesita ahora que Daniil Medvedev le gane a Alexander Zverev esta noche para meterse en semifinales, que jugaría con Roger Federer el sábado. Pase o no, el campeón de 19 grandes puede estar tranquilo: de su primer encuentro al tercero ha experimentado una metamorfosis de juego que le ha cambiado la cara a su tenis en pista dura bajo techo.

Nadal jugó mal el desempate del primer parcial porque cometió errores impropios (una derecha a la red, un revés cruzado fuera) en esos momentos que suele gestionar con precisión quirúrgica. Llegada la hora de la verdad, el griego le enseñó los dientes a su rival (con 5-4) y cerró con un ace un primer set que tuvo un impacto directo en lo que sucedió durante el resto del encuentro, porque Nadal volvió a ponerse en manos de su espíritu competitivo para edificar la reacción que se llevó a su oponente por delante, y mira que hizo méritos para levantar los brazos.

Contra las cuerdas, a un set de despedirse del torneo, Nadal se soltó y se lanzó a desmontar a Tsitsipas ganándole metros a la pista, montándose encima de la línea de fondo, siendo más agresivo. Durante todo el segundo parcial, el español insistió e insistió hasta que le rompió el saque a su rival (desaprovechó las tres primeras bolas de break) y empató el cruce con el puño en alto, creando una energía que levantó a la grada del O2 Arena para celebrar la llegada del set decisivo, con todo por decidir.

Con el partido en un suspiro, Tsitsipas salvó dos bolas de rotura con 2-2 (15-40), Nadal anuló un 0-30 justo a continuación (con 3-2) y el griego volvió a escapar de otra pelota de break con 3-3 y con 5-5, sorprendente la resistencia del número seis, increíble su capacidad de aguantar la presión ante el español.

Nadal, sin embargo, se enganchó al cuello de Tsitsipas y en ese mismo juego, en ese 5-5, logró lo que buscaba: un break que le abrió las puertas de la victoria. De nuevo, simplemente espectacular.