Roma (enviado especial)

Por cuarto torneo consecutivo desde que comenzó la temporada de tierra batida, Rafael Nadal volverá a estar en semifinales. El viernes, el número dos mundial superó 6-4 y 6-0 a Fernando Verdasco y se citó con Stefanos Tsitsipas (clasificado sin jugar como consecuencia de la retirada de Roger Federer), que hace una semanas le derrotó en el Mutua Madrid Open. El cruce, claro, huele a batalla de las buenas. [Narración y estadísticas]

“El comienzo del partido ha sido bueno, estaba jugando muy bien, siendo honesto”, se arrancó Nadal. “No estaba jugando mal al principio en absoluto, pero él estaba jugando increíble. Sin errores, con muchos ganadores, golpeando la pelota muy pronto. Fue un primer set muy difícil”, reconoció el campeón de 17 torneos del Grand Slam. Creo que tuve buenas sensaciones durante todo el partido. Luego, después de ganar el primer set, en el segundo pude jugar un poco más agresivo con mi derecha. Hice muchas cosas bien esta tarde. Estoy muy feliz de estar en semifinales de nuevo. Es una buena victoria”.

“Ha sido un partido muy luchado”, afirmó Francis Roig, técnico de Nadal. “Conseguir ganar el primer set ha sido bastante clave. Verdasco jugó ayer dos partidos muy exigentes, muy duros, y Rafa superó dos encuentros fáciles”, recordó. “Tiene mucho mérito el triunfo porque Fernando venía jugando muy bien. Nadal está bien para afrontar el partido de mañana contra Tsitsipas”.

Verdasco le rompió el servicio a Nadal en el primer juego del partido y confirmó el break (2-0) para asaltar el encuentro con una interesante ventaja, que pudo ser mayor porque dispuso de una pelota para 3-0 y saque. El madrileño, que en 10 minutos conectó siete golpes ganadores, zamarreó a su contrario jugando muy recto, muy directo, muy decidido a hacerle daño al mallorquín chocando frontalmente, en lugar de entrar a especular peloteando con el campeón de 17 grandes.

Agobiado por el planteamiento de Verdasco, protagonista de una salida en tromba, y por la presión de Nacho Forcadell, juez de silla del partido (“tengo la sensación de que voy mucho más apurado contigo que con cualquier otro”, le dijo Nadal al árbitro.“Han sido ya tres veces las que he ido apurado para sacar y durante el torneo no me había pasado”), el número dos vivió un comienzo de partido muy incómodo.

Con todo en contra, Nadal aprovechó un mal juego de Verdasco para meterse de lleno en el duelo. Sacando con 3-2 y 40-15, el madrileño se comió una bola después de un mal bote, cometió una doble falta a continuación y cuando se quiso dar cuenta su oponente había recuperado el break, y también el ánimo para pelear la victoria con todo igualado, normalizado el cruce después de un arranque turbulento.

El madrileño, sorprendente vencedor de Dominic Thiem y Karen Khachanov el jueves, llegó con opciones hasta el 4-4 y... entonces se desplomó porque no volvió a ganar un solo juego más. Propinándole un 8-0 de parcial, Nadal accedió a semifinales y se dio una nueva oportunidad de romper la barrera que lleva toda la temporada atragantándosele: alcanzar una final en tierra. Para eso, claro, debe superar a Tsitsipas, el mismo que le cerró las puertas de pelear por el trofeo en Madrid

“Lo que pasó, lo sé. La solución, la sé. La ejecución no es fácil. La teoría siempre es fácil, pero la ejecución es mucho más difícil”, avisó Nadal. “El tenis es un deporte simple. Después de muchos años aquí, sé lo que sucedió la semana pasada e intentaré hacerlo mejor mañana”, reiteró. “Es una oportunidad para mí de jugar un buen partido contra un rival duro. Estoy emocionado por ello. Es una buena noticia haber podido volver otra vez a unas semifinales”.