Fue sin duda una de las imágenes del pasado US Open. Naomi Osaka ganaba en el cuadro femenino, pero la noticia era la tremenda rabieta de Serena Williams, que llegó a recibir hasta tres warnings, por coaching, por romper la raqueta y por faltar el respeto a Carlos Ramos, perdiendo incluso un juego ante la japonesa. La tenista estadounidense llamó mentiroso y ladrón al juez de silla portugués, por lo que además fue multada con 17.000 dólares.

Ahora, varios días después del incidente ha sido el árbitro el que ha roto su silencio en unas declaraciones al diario Expresso, en el que resta importancia a las críticas y a la denuncia de Serena, que consideraba que su arbitraje había sido sexista.

"Estoy bien, teniendo en cuenta las circunstancias. Es una situación aburrida, pero el arbitraje 'a la carta' no existe. ¡No estés preocupado por mí!", reconoció un Ramos que evitó salir a la calle el día siguiente de la final para evitar las posibles críticas de los aficionados. 

El periodista que habló con Ramos confesó que el juez de silla recibió en las horas posteriores a la final cientos de mensajes de apoyo por parte de familiares, amigos y tenistas del propio circuito. Ahora, con la polémica ya pasada, Ramos volverá a subirse a la silla el próximo fin de semana en las semifinales de la Copa Davis que disputarán Estados Unidos y Croacia en Zadar.

Varios árbitros se plantean no dirigir a Serena

Tras el incidente de Serena Williams en la final del US Open han sido varios los jueces de silla que se han planteado no volver a arbitrar un partido que juegue la tenista estadounidense. Según el diario The Times un miembro del colectivo de árbitros de la WTA anunciaba que sus compañeros se sienten desamparados y están estudiando medidas drásticas, entre las que se incluye la posibilidad de negarse a arbitrar más partidos de Serena Williams a menos que se disculpe de públicamente.

Noticias relacionadas