París (enviado especial)

Por primera vez, Garbiñe Muguruza venció Maria Sharapova (0-3 hasta ahora) y por segunda ocasión jugará las semifinales de Roland Garros (6-2 y 6-1 a la rusa), siendo bien consciente de lo que ocurrió la anterior ocasión que se clasificó para esa ronda (2016, el año en el que ganó el título de campeona). La española, que no ha perdido un set en los cinco encuentros que ha jugado, disfruta ahora mismo de un momento dulce a todos los niveles: está muy cerca de su mejor versión tenística, no ha perdido la concentración ni un momento y tiene la cara de las grandes conquistas. [Narración y estadísticas]

El pase a las semifinales se discutió en un día frío y desagradable que las dos oponentes encendieron con sus gritos, aunque un arranque horrible de Sharapova inclinó muchísimo el partido hacia Muguruza. En 26 minutos, con tres juegos disputados, la rusa había cometido cuatro dobles faltas, sumado el 23% de los puntos disputados con su segundo saque y cometido 10 no forzados. La española, que ni mucho menos firmó un comienzo apabullante, se encontró ganando 4-0, una ventaja extraordinaria e impensable ante una competidora tan fiera como Sharapova, que si por algo se distingue es por luchar cada punto con el alma. 

Todas esas concesiones de la campeona de cinco grandes hicieron dueña a Muguruza de la primera manga del encuentro. Demostrando más solidez, más contundencia y más decisión en los peloteos, la número tres gestionó de maravilla su renta en el marcador y dio un paso hacia las semifinales, que alcanzó sin sobresaltos en el segundo set.

Aunque Sharapova logró romper el saque de Muguruza para recuperarse de un break que sufrió en el comienzo (1-1), la española difuminó la reacción de su contraria a lo grande: con un 5-0 de parcial, arrasando a la exnúmero uno mundial, Garbiñe se metió en semifinales de Roland Garros con un mensaje claro: está en París para ganar por segunda vez el torneo.