Melbourne

En Melbourne, una página más de la presunta trama de amaños que ha puesto patas arriba el Abierto de Australia. El miércoles los máximos mandatarios del tenis (ATP, WTA e ITF, así como los cuatro torneos del Grand Slam) anunciaron la creación de un comité independiente para fortalecer el programa anticorrupción, persiguiendo una mejoría en la eficacia y transparencia del mismo. El principal objetivo del IRP (las siglas en inglés de Independent Review Panel) es revisar la efectividad de ese programa y proponer cambios para mejorarlo, explorando así la forma de actuar de la Unidad de Integridad del Tenis (TIU), el órgano que desde 2008 vigila y estudia los posibles casos de amaños de partidos. En palabras sencillas, algo así como una auditoría pública del trabajo de la TIU.

Rueda de prensa de David Haggerty (de la ITF), Chris Kermode (presidente de la ATP) y Philip Brook (de la TIU).

Adam Lewis, un afamado abogado londinense que es experto en derecho deportivo, será la persona encargada de pilotar las investigaciones, contando para ello con todos los recursos necesarios (tanto económicos como de personal). Después de estudiar distintas opciones, los mandatarios se decidieron por Lewis por su “conocimiento enciclopédico de la jurisprudencia en derecho deportivo” y por “una extensa carrera en el mundo del deporte”. El británico, que tendrá de inicio un equipo de dos personas, necesitará apoyos para cubrir las pesquisas en Europa, Estados Unidos y Asia.

En consecuencia, el anuncio es la respuesta de todos los órganos que rigen el tenis a la información publicada al comienzo del Abierto de Australia por la BBC y BuzzFeed News. Ambos medios destaparon un presunto caso de amaños de partidos, asegurando que entre los jugadores culpables se encontraban 16 tenistas que habían formado parte del top-50 y señalando hacia ganadores de torneos del Grand Slam de la última década como protagonistas de la trama. Eso hizo saltar las alarmas. El lunes, el New York Times aseguró que un partido de dobles mixto (el que enfrentó a Lara Arruabarrena y David Marrero contra Lukasz Kubot y Andrea Hlavackova) estaba en el punto de mira de los investigadores después de que Pinnacle Sports cerrará sus apuestas 13 horas antes del inicio del encuentro y Betfair experimentara un inusual movimiento de dinero (25.000 dólares en total), claramente volcado a favor de los vencedores.

MEDIA HORA Y 43 PREGUNTAS

En la sala de prensa del Abierto de Australia, Chris Kermode (presidente de la ATP), David Haggerty (de la ITF) y Philip Brook (de la TIU) respondieron durante más de media hora a las 43 preguntas de los periodistas, que fueron citados a última hora de la noche anterior a través de un correo.

“Hay cuatro puntos importantes”, se arrancó Kermode con tono dialogante. “No hay fecha límite para esta revisión, se empleará el tiempo que sea conveniente”, avanzó sobre los plazos del trabajo encargado a Lewis. “Va a costar lo que sea necesario”, continuó, tachando de la lista de inconvenientes la barrera del presupuesto. “Los resultados se harán públicos”, añadió, en un claro ejercicio de transparencia. “Y el punto más importante es que nos hemos comprometido a actuar en cada recomendación”, confesó, remarcando que valorarán todo lo que la IRP les diga y quizás actuarán en consecuencia. “Tenemos la mejor generación de jugadores que he visto nunca”, celebró el máximo dirigente de la ATP. “El tenis es uno de los mejores productos de entretenimiento deportivos del mundo. Somos líderes en integridad y nuestro objetivo es que siga siendo así”, zanjó, antes de abrir el turno de preguntas.

“¿Es la mayor crisis del deporte?”, interrogó de entrada un periodista. “Sin duda, los acontecimientos de los últimos 10 días han causado mucho daño a nuestro deporte”, respondió Brook, el hombre al frente de la TIU. “No podemos ser ajenos”, añadió el mandatario. “Creemos que es muy importante llevar a cabo esta revisión independiente con el fin de que todo el mundo pueda estar tranquilo. Estamos haciendo todo lo posible para asegurarnos de que la integridad del deporte se mantiene”, prosiguió. “La TIU ha hecho un trabajo muy bueno en los últimos siete años y tenemos mucha confianza en el equipo. Sin embargo, lo que ha pasado estos días nos demuestra que estamos en un mundo cambiante. El deporte está bajo el microscopio y también su integridad. Hay que tranquilizar a todos: la integridad del tenis es lo más importante”, repitió, intentando que ese mensaje quedase bien claro. “El informe de la BBC no dice nada nuevo, pero ha cambiado el panorama. Hoy queremos demostrar que nos lo tomamos muy en serio”.

Aunque la información de la BBC y BuzzFeeds News acabó diluyéndose por falta de pruebas (según los investigadores no publicaron los nombres al carecer de acceso a los teléfonos móviles y cuentas bancarias de los jugadores), el revuelo provocado se ha mantenido durante todo el torneo, llegando a aparcar incluso el interés de los aficionados en lo deportivo, situación agigantada después de que el New York Times colocase a Arruabarrena y Marrero como presuntos culpables de haber amañado el encuentro de dobles mixto que jugaron el domingo.

“Damos este paso para recuperar la confianza del público”, declaró Kermode, que confirmó que la TIU está investigando el partido de la pareja española, información que apareció antes en los medios de comunicación. “Hubo acusaciones muy graves, creo que todos estamos de acuerdo en eso”, recordó la persona que está al mando de la ATP y que también pidió ayuda de los gobiernos nacionales para combatir el problema. “Han causado daño al deporte, por lo que hemos querido actuar de manera rápida y tomar las decisiones oportunas. Siete organismos se han unido para emitir un veredicto unánime. Posiblemente, ha sido la primera vez en la que todos nos hemos puesto de acuerdo de esta forma para nombrar a alguien, en este caso a Adam Lewis”.

AUTOCRÍTICA Y FALTA DE PRUEBAS

La maniobra de los dirigentes tuvo una interpretación sencilla: querían reaccionar y querían hacerlo lo más rápido posible después de todo lo ocurrido. “Tenemos que reparar el daño que se ha hecho, pero también reconocemos que podemos mejorar, cada organización puede hacerlo”, dijo Kermode, en un ejercicio de autocrítica. “Debemos pedir esta revisión independiente que nos ayude a ver lo que hacemos, mostrándonos cómo podemos fortalecernos”, declaró, dejando entrever que quizás una mirada desde fuera ayudaría a hacer las cosas de otra forma.

“Ha existido un problema de comunicación”, reconoció el presidente de la ATP, siempre cuestionado por la claridad a la hora de explicar el procedimiento de las investigaciones en los posibles casos de amaños. “Nosotros tenemos que hacer un trabajo mucho mejor para explicar la labor de la TIU”, apuntó. “¿Cómo podemos ser más transparentes al tiempo que protegemos el trabajo de investigación?”, cuestionó Brook en voz alta, aunque estuvo de acuerdo en el planteamiento de Kermode. “Por ejemplo, ¿hay que publicar un informe anual? Esa sería una gran pregunta. Es algo que no hacemos actualmente y tal vez deberíamos hacer”, cerró el jefe del organismo que vela porque todo transcurra dentro de la normalidad.

“He visto varias listas en la última semana, con nombres y partidos”, recordó Kermode, con gesto serio. “Lleyton Hewitt es uno de los grandes competidores de todos los tiempos. No estoy muy seguro de que le diera un punto ni a su madre mientras jugaba. Es importante señalar que esas listas no significa que exista corrupción. Son recopilaciones basadas en patrones de apuestas sospechosas. Personalmente, me parece que es una irresponsabilidad publicar nombres, algo que roza la difamación. Hasta que se pruebe lo contrario, cualquier jugador debe poder competir sin que su reputación quede dañada”.

Antes de que arrancara la jornada en el Abierto de Australia, sin que la pelota hubiese echado a volar, una maniobra sorprendente: después de aparecer el lunes para defender su confianza en la TIU, esos mismos organismos volvieron a escena para anunciar la creación de un comité independiente que se encargue de estudiar si el trabajo de su programa anticorrupción va por el camino adecuado.