Un campeón del mundo ofertando clases particulares a precios populares. Un anuncio que es cuanto menos llamativo y ha generado un sinfín de reacciones en el deporte español. El 'profesor' se trata de Carles Coll Martí (Tarragona, 2001), oro en 200 metros braza en el Mundial de piscina corta de 2024
Coll compartía el pasado lunes la oferta a través de sus redes sociales: "Interesad@s. Clase particular de natación. Zona: Tarragona. Hasta el 28 de agosto. Voy a compartir mis secretos que me han llevado a ser campeón del mundo". Los precios: 50€ por 30 minutos y 80€ la hora.
Entonces se desató un debate entre expertos y aficionados denunciando la precariedad de muchos deportistas a través del caso de Carles y su iniciativa. Nada más lejos de la realidad. Por suerte, sus motivaciones pueden ir más allá del dinero.
Consultado por EL ESPAÑOL, Carles Coll explica que, tras el Mundial de Singapur —disputado en julio—, se encuentra de vacaciones y quiere "dar un poco de mis conocimientos conseguidos durante estos años a la natación española".
"Pero obviamente mi tiempo no es gratis y he intentado encontrar un rango de precio que sea asequible para la gente que de verdad quiera aprender", dice. Por suerte para él, no lo hace por una necesidad económica, si bien reconoce que "es un extra que me puedo llevar".
El pasado mes de mayo se graduó en la Universidad de Virginia Tech, en Estados Unidos, y asegura a este diario cuál es su plan a partir de ahora: "Vivo de esto y me voy a centrar en la natación hasta 2028". Una fecha que no es casual, ya que lo dice apuntando a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Así, esta iniciativa parte con su idea de "aportar mi granito de arena a la natación española enseñando mis 'truquitos'", explica Coll. Y ya tiene en mente llevar a cabo más adelante un clínic de mayores dimensiones.
El anuncio de Carles Coll en sus redes sociales
Es una realidad que muchos deportistas españoles, incluido alguno de élite, han de compaginar sus carreras deportivas con otros trabajos para salir adelante financieramente. A Carles Coll, sin embargo, los resultados le han ido dando una estabilidad que, terminados sus estudios, le permiten centrarse en su deporte, la natación.
Sin ir más lejos, su reciente séptimo puesto en el Mundial de Singapur, en la final de 200 metros braza, le supone un beneficio que, a través del programa de becas Team España, está calculado en 28.000 euros.
La nueva estrella de la natación
Nacido en Tarragona, empezó a nadar en el cursillo local y pasó por clubes como el Reus Ploms antes de afianzarse en el CN Tàrraco, desde donde dio el salto posterior al CN Sabadell para perseguir sus metas internacionales.
La pasión le viene de familia: sus padres, Adolf Coll y Mireia Martí, también fueron nadadores destacados y le transmitieron una cultura deportiva y una disciplina que moldearon su carrera desde edades tempranas con programas exigentes y apoyo constante durante cada temporada formativa.
Su padre compartió generaciones con figuras como Martín López-Zubero, Sergi López y José Luis Ballester, nombres que recuerdan un legado competitivo que terminó influyendo en la trayectoria de Carles desde muy pronto y que también justifican su precoz ambición deportiva.
Con formación en el CAR de Sant Cugat, compaginó bachillerato y entrenamientos intensivos, y a los 19 años aprovechó una beca para estudiar en Estados Unidos, un paso decisivo que marcó su salto competitivo internacional y abrió oportunidades en la NCAA.
En Virginia Tech encontró a su mentor, el propio Sergi López. En una temporada memorable, se proclamó campeón del mundo de 200 metros braza en piscina corta (25 metros) en Budapest 2024, pulverizando el récord de España y convirtiendo un triunfo personal en un hito para la natación nacional. Así, rompió una sequía histórica sin medallas en estos campeonatos.
En apenas un año batió numerosos récords nacionales, sumando marcas en 50, 100 y 200 braza, y brilló en la NCAA, donde se consolidó como referencia universitaria antes de volver a escena en competiciones internacionales con actuaciones de gran valor.
En los Mundiales de Singapur, celebrados este verano, firmó una semifinal espectacular en su prueba de 200 braza, rebajando el récord nacional de Melquiades Álvarez con un tiempo de 2:08.49, marca que devolvió la esperanza y le clasificó en quinta plaza para la lucha por las medallas.
En la final salió agresivo, liderando buena parte de la prueba a ritmo de récord mundial, pero pagó el esfuerzo en el tramo final y terminó séptimo, tras luchar con rivales como Kirill Prigoda y Yamato Fukasawa de altísimo nivel.
En otoño regresará a Estados Unidos para retomar su vida deportiva y ampliar su programa a los 50 y 100 braza, trabajando bajo las órdenes de Sergi López. Tras graduarse en mayo en Sanidad Pública y Empresariales, pasará a centrarse exclusivamente en los entrenamientos y las competiciones profesionales.
Carles Coll, a la derecha, junto a los nadadores Carmen Weiler y Mario Mollá
La siguiente gran cita ya está marcada en su calendario: el Europeo de piscina corta de Lublin (Polonia), a inicios de diciembre.
Su condición de vigente campeón y finalista internacional le sitúa al frente de la lista inicial de siete nadadores convocados para el Europeo de piscina corta, una responsabilidad deportiva que asume con humildad y ambición pensando en 2028.
Resulta inusual que un campeón del mundo ofrezca clases particulares tarifas tan accesibles y, sin embargo, esa es la apuesta de Carles Coll, el vigente oro en 200 braza en piscina corta.
Las sesiones tendrán carácter individual en la zona de Tarragona, su tierra natal, y están orientadas a principiantes y nadadores en formación que busquen mejorar técnica, ritmo y confianza en el agua con la guía de un especialista de élite.
Su filosofía de trabajo incluye visualización positiva y madurez competitiva; conceptos que, junto a la técnica depurada y el apoyo de su círculo, convierten su ambición en un proyecto sostenible con la vista puesta en los Juegos de dentro de tres años con paciencia.
A sus 23 años, Coll afirma que su objetivo es seguir soñando, no conformarse y que aspira a marcar historia e inspirar a otra gente, consciente del legado y del sueño olímpico que su padre no alcanzó en Barcelona 1992.
La iniciativa que ha querido llevar a cabo ha reavivado el debate sobre la accesibilidad y el valor del conocimiento de élite. Coll ofrece su tiempo a precios populares porque quiere enseñar, a la vez que ganarse "un extra", y seguir creciendo hasta, por qué no, subirse al podio en Los Ángeles 2028.
