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La victoria de Ana Peleteiro en la final del triple salto en el Europeo de atletismo ha supuesto un oasis de paz en medio de la tormenta en la que se encuentra inmersa en los últimos meses. En Holanda no sólo estableció la mejor marca europea del año y la tercera del mundo, sino que consiguió algo más importante: reivindicarse.

Siete meses han pasado desde su decepcionante actuación en los Juegos Olímpicos de París. Peleteiro terminó en sexta posición en la final de triple salto y volvió a ser objeto de numerosas críticas, a pesar de que la atleta gallega reconoció haberlo dado todo. Las expectativas puestas en que sumara una medalla para España se desvanecieron al mismo tiempo que volvió a emerger sobre ella el tema del racismo.

No ha sido el único tema controvertido del que se ha visto salpicada puesto que en diciembre denunció públicamente en el 'trend' de redes sociales titulado 'Y aun así me quedé', los diferentes tipos de maltratos que sufrió en una de sus relaciones y cómo fue incapaz de salir.

La victoria de Ana Peleteiro adquiere aún más valor a raíz de las declaraciones que la protagonista realizó ante los medios tras imponerse en la final del triple salto donde reconoció haber recibido "amenazas, coacciones y mil movidas de alguien a quien yo apreciaba mucho". 

En Holanda consiguió su octava medalla en un campeonato internacional tras un mes muy complicado debido a "decepciones personales y muchos dolores físicos. O sea que, el estar de vuelta y disfrutando tanto de la competición y gestionarla tan bien, me hace sentir superorgullosa". Y es que la saltadora gallega representa todo un ejemplo de superación tras unos meses anclada en el ostracismo.

En el ojo del huracán

Tras los Juegos Olímpicos de París, Peleteiro fue objeto de un aluvión de críticas en redes sociales por unas declaraciones que hizo en noviembre de 2023 fue el racismo. La atleta denunció ser víctima de un linchamiento durante la cita olímpica por unas palabras, a su juicio, sacadas de contexto.

"En atletismo, los negros corremos más, molamos. En el atletismo, los blancos se visten de negros. El pobrecito blanco que corre 100 metros es como, cariño, no. No vengas. O sea estoy de coña, pero es en realidad. En atletismo no hay racismo, puede haber clasismo de si eres americano o de Burkina Faso, pero si viene uno de Burkina Faso y le saca 200 metros al segundo, pues entonces todo el estadio, 70.000 personas le hacen la ola y da igual el color que seas, la religión o el país", explicó en el canal de Laura Escanes.