El deporte sigue en su intensa pelea contra el dopaje. Después de que hace unas semanas estallara un escándalo de estado en Ucrania que recordaba al protagonizado por Rusia hace unos años, ha sido el país soviético quien ha vuelto a manchar el nombre de sus instituciones y en especial el atletismo. 

A pesar de que Rusia está intentando escapar de sus periodos más oscuros, lo cierto es que sus organismos siguen un tanto anquilosados en mecanismos de gestión y de producción más propios del pasado. En particular, ha sido el atletismo la disciplina señalada por la Federación Internacional, la cual ha declinado levantar todas las restricciones que pesan sobre él tras el estallido de sus casos de dopaje de estado que provocaron un sinfín de sanciones. 

La intención de la World era la de evaluar el estado de salud del atletismo ruso con el fin de darles el visto bueno y confirmar que ya no queda rastro de los casos de dopaje que fueron denunciados en el pasado más reciente Sin embargo, eso no ha sido posible, ya que a pesar de los intentos del país por limpiar su imagen, la Federación Internacional ha tenido que prolongar las sanciones impuestas. 

En líneas generales se ha reconocido una mejora en el estado de salud de las instituciones y en la concienciación de los deportistas, pero esto no ha sido suficiente, ya que la situación en los últimos seis años, desde que llegó la primera sanción por dopaje sistemático al país, no se ha desenquistado del todo. El veredicto final impuesto por la World Athletics es que Rusia sigue estando fuera como nación del universo del atletismo.

María Lasitskene tras ganar el oro en salto de alturas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 EFE

 

Las malas influencias

Además, la Federación Internacional ha detectado que en el atletismo ruso existen malas influencias que siguen corrompiendo desde dentro la estabilidad del deporte y de algunos sectores de las instituciones. La World Athletics ha elaborado un informe para evaluar la situación actual del atletismo soviético y las conclusiones no han sido todo lo satisfactorias que podrían haber sido. 

Así lo ha asegurado Sebastian Coe, presidente de la World Athletics, quien afirma que tienen pruebas suficientes para afirmar que todavía queda una cantidad considerable de deportistas que no han cambiado sus conductas y que por lo tanto es necesario seguir trabajando para la erradicación total de cualquier conato de dopaje. 

Para la Federación Internacional siguen siendo obvias las evidencias que marcan que el dopaje sigue estando vivo en el deporte ruso. Además, resalta que en Rusia "aún hay gente" que no acepta esa nueva cultura atlética y que por ello queda mucho trabajo por delante para asegurarse de que dichos elementos no ejerzan ninguna influencia en el deporte nacional y en sus instituciones. 

Sebastian Coe, presidente de la Federación Internacional de Atletismo Europa Press

Un cambio de cultura

A pesar de esta valoración tan dura para Rusia, para su deporte y para su atletismo, en su extenso informe, la World Athletics sí reconoce un cambio de tendencia importante tanto en muchos de los atletas como en las instituciones de un proceso de cierta reforma. Es precisamente esa corriente, la de la instauración de una nueva cultura en el atletismo dentro de la Federación Rusa, la que debe predominar a partir de ahora para que se puedan levantar las restricciones que pesan sobre ella desde 2015. 

Sebastian Coe ha reconocido y admitido progresos en su proceso de rehabilitación y en la lucha contra el dopaje, aunque no puede eliminar la exclusión de la FRA de la Federación Internacional. Este proceso de mejora ha experimentado un gran impulso desde que en el mes de marzo se pusiera en marcha un programa especializado para intentar revitalizar la situación del atletismo ruso. 

Así lo transmitía el propio Coe: "En el informe del grupo de trabajo se destaca que desde marzo de 2021 la FRA ha logrado progresos satisfactorios en los principales indicadores incluidos en el plan de rehabilitación". Además, el jefe de trabajo que ha liderado la comisión que ha realizado este informe, Rune Andersen, asegura que estos avances son firmes y confía en que Rusia continúe con esta tendencia con la que se muestra dispuesto a rechazar las prácticas de dopaje y a comprometerse con un atletismo limpio.

A su vez, también apuesta por la condena de esa vieja cultura basada en prácticas ilegales con el único propósito de obtener un resultado deportivo positivo sin importar las consecuencias. El objetivo es aislar a estos elementos que siguen podridos y que podrían volver a contagiar a los organismos internos que un día fueron los cargados de establecer el mayor entramado de dopaje que se recuerda y colapsó un país por completo.

Sede del Comité Olímpico ruso EFE

Rusia ha querido mostrarse a favor de este cambio a través de su presidenta, Irina Priválova, quien ha estado presente en todas las reuniones que se han llevado a cabo y quien ha formado parte de este proyecto de investigación y análisis del estado de salud del deporte y del atletismo ruso.  

A finales de mes se producirá la elaboración de un nuevo análisis de la situación, el cual ofrecerá un resultado más definitivo después de que en noviembre del año 2015 se produjera la exclusión de la federación rusa por connivencia con el dopaje de sus deportistas. En dicho momento se descubrieron grandes tramas que pusieron contra las cuerdas a cientos de deportistas. 

Los brotes verdes

A pesar de que la presente evaluación ha dejado malas noticias, como la existencia todavía de bastantes 'manzanas podridas' dentro del atletismo ruso y de sus instituciones, también se ha puesto el foco sobre los éxitos y los brotes verdes que ya se han registrado en los últimos meses. 

El pasado 1 de marzo se puso en marcha una hoja de ruta con diferentes medidas para sanear las instituciones y ya se han podido observar algunas buenas noticias a pesar de que, tal y como indicar la FRA, será necesario el paso de muchos años para que haya un cambio cultural y de tendencia. 

Delegación del Comité Olímpico Ruso (ROC) en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 EFE

La World Athletics aprobó una hoja de ruta para la rehabilitación de la Federación Rusa, gracias a la cual una serie de deportistas pudieron participar en las pruebas de atletismo de los últimos Juegos Olímpicos. Estos atletas, junto al resto del equipo soviético, lo hicieron bajo la denominación del ROC, Comité Olímpico Ruso, pero sin su bandera y su himno nacional.

Los éxitos más reseñables fueron los de María Lasitskene, que ganó el oro en salto de altura, y el de Anzelika Sídorova, que se colgó la medalla de plata en pértiga. Se empiezan a ver los brotes verdes, pero lo cierto es que la condena que pesa sobre el atletismo ruso sigue estando presente. 

[Más información: La adicción al dopaje de Alex Schwazer: el atleta italiano que viajaba a Turquía a escondidas]

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