España está disfrutando con el fútbol y el baloncesto en estas semanas después de estar tres meses sin poder ver deporte en directo. También los profesionales de todas las modalidades ya se entrenan sin mayores inconvenientes que los que tienen el resto: respetar las medidas sanitarias y volver a coger la forma física que perdieron durante el confinamiento.

Pero hay una cuestión que inquieta a algunos deportes en España: cuando intentan reiniciar la actividad, se encuentran con muchos inconvenientes. A pesar de todos los controles que pasan, hay algunas modalidades que no se pueden llevar a cabo sin público, una cuestión que por ahora en el país es inevitable aunque el fútbol lo esté intentando. Otros ven como aún no hay total seguridad de prevenir contagios en el entorno en el que se desarrollan. Incluso también se están encontrando complicaciones con esas medidas sanitarias.

La pelota vasca, el rugby, el boxeo y la natación no mueven el mismo dinero que los dos deportes que están encabezando esta desescalada, pero es que, después de prácticamente un mes en el que se ha reactivado la actividad en todos los sectores sociales, aún no tienen claro cómo regresar. Por si fuera poco, en el caso de la primera modalidad mencionada, han visto más problemas una vez han retomado la competición.

Pelota vasca

Ha sido una de las imágenes de la semana. Después de tres meses y medio de parón por la pandemia, la pelota a mano profesional regresaba y se encontraba con un gran percance. El partido que se estaba disputando en el frontón Astalena de Eibar entre Ezkurdia-Aranguren y Altuna III-Imaz se tuvo que parar porque los jugadores se resbalaban por los productos de limpieza y los productos de desinfección.

Uno de los partidos celebrados en el frontón Astelena de Eibar, tras el parón por la pandemia EFE

Los pelotaris no podían ni mantenerse en pie de forma constante y, a pesar de los intentos por subsanarlo, no hubo otra solución que suspender el partido. La organización apuntó que fue un problema provocado por la humedad que había en el frontón, pero el disgusto del público que había (213 aficionados) fue mayúsculo ya que habían pagado entrada.

Antes ya se habían disputado otros partidos y fue el hecho de que se fue acumulando la mezcla que se creaba con los productos de limpieza, el sudor de los pelotaris y el estilo del suelo que tienen estas canchas. La Liga de Empresas de Pelota a Mano no daba crédito con lo que estaba sucediendo y teme que esta situación se vuelva a producir en el futuro.

Rugby

Aunque en Nueva Zelanda se han visto ya partidos incluso con público, en Europa la desescalada está siendo más difícil y no se conocen fechas aún para la vuelta del noble deporte. Más de 37.200 jugadores federados en España esperan en vilo la vuelta a los terrenos de juego.

La Federación Española de Rugby tiene claro que volverán con contacto, aunque no será igual en las categorías inferiores en las que plantean eliminar las melés o los placajes y buscar alternativas para que la competición sufra lo mínimo. En cuanto a los profesionales, el deseo ahora mismo sería regresar en el mes de septiembre, pero por ahora no hay una fecha fija. En una entrevista de esta misma semana, el vicepresidente Juan José García daba tres posibles citas en el calendario: 20 de septiembre, el 11 de octubre y el 15 de noviembre.

Dos jugadores durante un partido de la Super Rugby Aotearoa Twitter (@SuperRugby)

World Rugby ya presentó un borrador en mayo basado en estudios médicos que incluían variaciones en los partidos tales cómo limitar el número de melés, rebajar hasta la cintura la zona de placaje, prohibir escupir en el campo, además de una limpieza extrema de camisetas, cascos y balón. También tendrían los jugadores que lavarse las manos y la cara con jabón 20 segundos antes del inicio del partido.

En cualquier caso, Nueva Zelanda será la referencia para el país. Allí arrancó el Super Rugby Aotearoa, que además es la primera gran competición profesional de cualquier deporte que admite público presencial desde que estalló la pandemia. Tras tres jornadas disputadas y con medidas sanitarias, todo está transcurriendo con normalidad.

Boxeo

Después de algunas pruebas y teniendo como referencia el mundo de las Artes Marciales Mixtas, el boxeo se prepara para regresar en España en agosto. Aún así, hay dudas sobre la viabilidad de las veladas sin tanto público y la continuidad de muchos púgiles se ha visto en duda por la situación económica. Las primeras pruebas están demostrando que no habrá problema entre los boxeadores siempre que cumplan con todas las medidas sanitarias. Estos ya están ansiosos por volver al ring en el país.

Jon Fernández Twitter: (@Jonfer1)

Una gran velada está preparada para el 22 de agosto en Torrelavega con los principales púgiles españoles: Sergio 'Maravilla' Martínez, Sergio García, Kiko Martínez y Jon Fernández. El boxeo nacional necesita que esta cita salga completamente bien para demostrar que se puede regresar a la normalidad.

Natación

Con los principales campeonatos cancelados, no hay ninguna certeza de que los nadadores ni los deportes acuáticos puedan competir en este 2020. Aún así en España ya se están presentando modelos de tratamiento de las piscinas para convertirlas en lugares libres de Covid-19.

Mireia Belmonte ya está entrenando, pero sin conocer cuándo podrá volver a competir. La ilustre nadadora española que buscará en Tokio todas las medallas posibles, ya que anunció que iba a disputar todas las modalidades que pueda, se mostró tranquila hace ya unos días porque "todos estamos en igualdad de condiciones". "Estamos sin competiciones a la vista y creo que hay que entrenar para estar preparadas para cuando llegue ese momento", explicó en RTVE.

Con respecto a la seguridad en las piscinas españolas, la RFEN presentó junto a su patrocinador Fluidra un sistema "Covid-19 free". Aunque el CSIC anunció que, con un tratamiento correcto, las piscinas son un entorno seguro, serán necesarias medidas como estas. Se basa en el tratamiento del aire mediante radiación ultravioleta, otro sistema de desinfección de las superficies, unos túneles de ducha seguros para los usuarios y un control de aforo en el entorno de la piscina.

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