“Estaba muy emocionada y quería sentir el himno. Estaba deseándolo y, de repente, no sonaba el himno español y me quedé como: ‘¡No puede ser verdad!’. ¡El mejor momento y dónde está el himno! Después han puesto otro himno que no sé de dónde es y luego han puesto el nuestro”. Así lo describía tras la entrega de medallas Lidia Valentín, campeona del mundo absoluta en la categoría de hasta 75 kilos de halterofilia en tres categorías (arrancada, dos tiempos y total).

Lidia Valentín logró esta madrugada algo impensable para la halterofilia española. Nadie lo había hecho hasta ahora, pero ella lo ha conseguido. La leonesa se es la primera española en proclamarse campeona en las tres categorías. La primera de las medallas la logró en arrancada, en la que no tuvo rival alguna, ya que, con el primer intento de 110 kilos se proclamó campeona en esta modalidad al superar en 2 kilos a la segunda clasificada, la ecuatoriana Neisi Patricia Dajomes Barrera.

Con una seguridad aplastante, Valentín acudió a la barra para levantar de forma espectacular 115 y 118 kilos en su segundo y tercer intento, respectivamente. Con una diferencia de 10 kilos con respecto a Neisi tras la arrancada, Valentín tenía serias opciones de llevarse el título mundial, pero antes tenía que pasar por los dos tiempos. En esta prueba la española tuvo un poco más de competencia, pero eso no fue impedimento para que también se hiciera con el oro con 140 kilos.

En el primer intento levantó 130 kilos y pudo con los 135 en el segundo. Con esto, Lidia ya se convertía en campeona del mundo, tanto en dos tiempos como en total olímpico, y conseguía su tercera medalla de oro, y la más importante de las tres. No quiso renunciar a su tercer intento, pese a que ya no le hacía falta, y solicitó 140 kilos. De nuevo un silencio asombroso y, cuando Lidia hizo el movimiento válido el pabellón empezó a rugir como si de una halterófila local se tratase, y se vino abajo cuando hizo su gesto característico: el corazón con las manos.

Lidia Valentín, campeona del mundo

Después, subió al podio y... no sonó el himno español. Entonces, la española se quedó extrañada. “Luego lo han puesto y me he emocionado porque realmente la ocasión lo merecía. Cada competición es diferente, pero sentir el himno, sentirte campeona del mundo… He disfrutado este momento posiblemente más que otros”, sentenció.