Con apenas 26 años y una apariencia frágil, muy frágil, Queralt Castellet está acostumbrada a levantarse. Lo hizo una fría tarde de febrero en Vancouver, en 2010, cuando su cabeza golpeó duramente contra la nieve y perdió levemente la conciencia. Fueron apenas unos segundos que bastaron para alejarla del sueño de la medalla olímpica. Lo hizo una desangelada noche en Sochi en 2014, cuando una mano que tuvo que apoyar en la nieve la dejó, de nuevo, a las puertas de la codiciada medalla olímpica.

Pero su peor caída no fue en la nieve. Fue la pasada primavera, cuando su entrenador y pareja, Ben Jolly, fallecía a causa de un fulminante tumor cerebral que le detectaron dos meses antes. Queralt entonces se planteó dejarlo todo, no volver a subirse a una tabla de snowboard nunca más. Pero como hace siempre, se levantó. “Siento que debo un reconocimiento público a quien puede llevar por primera vez a una rider española a una medalla olímpica. Ojalá pronto pueda mirar al cielo desde lo más alto de un podium y dedicarle mis éxitos. Porque siempre sabré que serán también suyos”, dijo. Y arranca la temporada en la que Queralt está dispuesta a hacerlo. Por ella. Por él. Y por todo el snow español.

La snowboarder catalana lleva en Estados Unidos, en Colorado, desde comienzos de año, donde junto a su nuevo entrenador, el australiano Benjamin Bright, encara la primera prueba de la Copa del Mundo, que arranca este fin de semana en Mammoth Mountain.

Queralt competirá este domingo en la prueba FIS de Mammoth en su modalidad fetiche, el halfpipe, una modalidad de la que puede decir con orgullo que es la única española que ha conseguido una medalla en un Mundial (Kreischberg 2015). Pero 24 horas antes también saltará a las pistas de California para medirse a sus rivales en la modalidad de slopestyle, una disciplina que fue olímpica por primera vez en Sochi, y que se disputa en un trazado a lo largo de un snowpark en el que las riders tienen que realizar trucos sobre los diversos módulos (saltos, barandillas y cajones) que se van encontrando en el recorrido, puntuándose tanto su variedad como su dificultad y altura.

Tras el periodo de reflexión que Queralt se dio a sí misma cuando falleció su pareja, emitió un valiente comunicado público en el que explicaba el duro momento por el que estaba pasando. “Por primera vez en muchos años, he pasado el verano en España. No he cogido una tabla. No he pisado la nieve. No he planificado la temporada”, explicaba. En septiembre, todo cambió. “Por primera vez en media década, he cambiado mis costumbres y entrenaré en Suiza, donde han construido un pipe espectacular”, señaló Queralt.

La rider ha establecido el campo de operaciones, apoyada por la Federación Española de Deportes de Invierno, en la pequeña localidad suiza de Laax, donde está, según la joven, “el mayor pipe del mundo”. 200 metros de largo y 7 de alto, “el más largo que existe. Si otros te permiten hacer 5 trucos, en este puedes llegar a 7 u 8. Además, tiene el arrastre al lado y sin andar subes y estás otra vez en el pipe”. Allí ha pasado casi tres meses ensayando nuevos trucos y preparando a fondo la temporada, sin duda la más emotiva y especial. Y auguran desde su entorno, llena de éxitos.

Los chicos también cuentan

Como se esperan por parte del resto de los snowboarders españoles, que también se han desplazado a la localidad alemana de Feldberg estos días para disputar la Copa del Mundo FIS de snowboardcross.

Lucas Egibar, Regino Hernández y Laro Herrero, los guerreros del snowboard, afrontan la nueva temporada de la mano de su entrenador Israel Planas, que lleva concentrado con ellos tanto en Suiza como en Baqueira y Courmayeur prácticamente todo el otoño y lo que llevamos de invierno. “El equipo ha mejorado mucho, tanto técnica como psicológicamente, y eso es fundamental de cara a afrontar la Copa del Mundo con más posibilidades”, explica Planas.

Lo sabe por experiencia. De su mano, la temporada pasada Lucas se convirtió en el primer español en ganar un globo de cristal, el de campeón del mundo, en la disciplina de snowboard cross. “Este año el objetivo vuelve a ser que los tres se metan entre los mejores, y tenemos posibilidades de hacerlo”, dice Planas entre entrenamiento y entrenamiento. Más, a sabiendas de que la última prueba del circuito de Copa del Mundo de este año será en La Molina en marzo. Y allí estarán los tres guerreros del snow para darlo todo.

Los tres 'riders' en Courmayer, Italia, días previos a la Copa del Mundo. RFEDI SBX

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