A punto de cumplir 39 años, el próximo día 16, Valentino Rossi encara su vigésimo tercera temporada en el campeonato del mundo -la decimotercera con Yamaha- y aspira a atrapar su décima corona de campeón para poner el broche de oro a una trayectoria que parece no tener fin. El piloto italiano, cuyo contrato con la fábrica de Iwata concluye al final de 2018, está dispuesto a alargar su carrera profesional todo lo que su condición física y su talento innato se lo permitan. Para él sólo existen la moto y el gimnasio en su rutina diaria con la finalidad de llegar al máximo al inicio de la campaña, el próximo 18 de marzo en el circuito qatarí de Losail. Una lección de vida, un ejemplo de dedicación para poder seguir manteniendo la motivación y entrega hacia el deporte que ama, aunque confiesa que se verá obligado a bajar la intensidad en sus entrenamientos para minimizar los riesgos tras la fractura de tibia y peroné que sufrió en su pierna derecha haciendo enduro a finales del pasado mes de agosto y que le obligó a ausentarse del Gran Premio de San Marino, la carrera más importante del año para él.

Il Dottore está dispuesto a continuar en MotoGP y por eso ha despejado las dudas sobre su continuidad después de que Maverick Viñales, su compañero de equipo, anunciara su renovación por dos temporadas más –hasta el final de 2020- durante la presentación del Movistar Yamaha Team en la Casa del Lector del Matadero en Madrid. “Sabía de la renovación de Maverick, porque me lo ha dicho Lin Jarvis [director de Yamaha Factory Racing]. Estoy contento por él y por el equipo. He hablado de mi futuro y las sensaciones son buenas, pero primero hay que hacer los test. Me apetece continuar, pero lo importante es ser competitivos y luego veremos”, desveló Rossi, cuyas dudas pasan por hacerlo por una o dos temporadas.

“En los últimos tiempos se habla siempre de dos años, pero veremos si es uno o dos. Están todas las puertas abiertas. Veremos cómo va la pretemporada y las tres primeras carreras para tomar una decisión. En el último test de Valencia probamos la moto y tenemos dudas. He hablado con Kouichi Tsuji [presidente de Yamaha Motor Racing y director general de la División Motorsports de Yamaha Motor Compan] y me ha dicho que han trabajado mucho y que hay cosas interesantes para probar, pero hay que verlo en Sepang”, argumentó el piloto italiano antes de viajar a Malasia, donde este domingo comenzarán los primeros entrenamientos de pretemporada de MotoGP a lo largo de tres días.

Las principales dudas de ll Dottore residen en el chasis y la electrónica para luchar contra la degradación del neumático, principal problema de Yamaha durante la pasada temporada. “Están trabajando mucho en ello, pero será un poco más fácil encontrar soluciones en el chasis que en la electrónica. La electrónica nos llevará más tiempo porque me parece que respecto a Honda y Ducati estamos a un nivel un poco más bajo”, explicó Rossi, quien relató que la Yamaha YZR-M1 2018 partirá de la base de 2016 aunque será algo diferente después de que el prototipo de la pasada temporada terminara volviendo locos a todos.

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