Aston Martin sigue profundizando en su ambicioso plan de futuro con un anuncio que sacude el paddock pese a que sonaba desde el final del Gran Premio de Las Vegas este fin de semana.
Adrian Newey asumirá el cargo de Team Principal a partir de la temporada 2026, una decisión que consolida su control dentro de la estructura del equipo y que relega a Andy Cowell a un rol de menor exposición pública.
El ingeniero británico, considerado un genio del diseño en la Fórmula 1, pasará a liderar también las operaciones deportivas en pista, además de continuar como figura clave del área técnica.
Adrian Newey viaja con Aston Martin al Gran Premio de Mónaco
La escudería británica anunció estos cambios como parte de su estrategia para adaptarse a la nueva era que se avecina en la Fórmula 1 con la entrada en vigor del reglamento de 2026.
Ese año marcará el debut de Aston Martin como equipo fabricante junto a Honda, y Lawrence Stroll, presidente ejecutivo del equipo, ha decidido apostar todo al talento y la visión de Newey, quien se unió al proyecto en marzo con un contrato que ya incluía funciones ampliadas y participación accionarial.
Nueva estructura
En su comunicado oficial, el equipo detalló que Andy Cowell pasará a ejercer como director de Estrategia (Chief Strategy Officer), con responsabilidades centradas en la integración del nuevo motor Honda con el chasis, el combustible de Aramco y la lubricación de Valvoline.
Cowell, que había ejercido hasta ahora como director general y jefe de equipo, queda así apartado del día a día competitivo, regresando a un área donde ya brilló en Mercedes durante la era híbrida.
Adrian Newey revisando el monoplaza en el box de Aston Martin
Por su parte, Newey asumirá el mando global de la escudería desde el muro de boxes, liderando tanto el desarrollo técnico como las decisiones estratégicas durante los fines de semana de carrera.
Es una función inédita en su carrera, más ligada tradicionalmente al diseño de monoplazas que a la gestión deportiva directa, pero su experiencia acumulada y la confianza de Stroll han sido determinantes para este salto.
"Estoy deseando asumir este rol adicional", reconoció Newey, consciente del reto que implica liderar un equipo en plena transformación.
"En los últimos meses he visto un talento enorme en la estructura y creo que estamos en posición de construir algo muy fuerte para 2026", añadió.
Cowell, desplazado
Aunque desde la dirección del equipo se insiste en que se trata de una "división de responsabilidades" pactada entre ambas partes, fuentes del paddock apuntan a que la convivencia entre Cowell y Newey había generado fricciones.
Ambos ocupaban posiciones clave y con poder de decisión, algo que a medio plazo resultaba insostenible. La BBC ya adelantó en semanas anteriores que las diferencias entre ambos eran irreconciliables.
La solución ha llegado ahora en forma de reorganización: Cowell se aparta del primer plano y Newey toma el timón en plena cuenta atrás hacia la revolución normativa.
"Es el momento apropiado para centrarme en la integración técnica del equipo con nuestros socios", declaró Cowell, asumiendo el nuevo encaje de su rol.
Para Stroll, el cambio es "una evolución natural" dentro de un equipo que necesita "jugar al máximo con sus fortalezas colectivas".
Adrian Newey, junto a Andy Cowell en su primer día en Aston Martin
Newey, en el centro
Aston Martin quiere dejar atrás su papel de aspirante intermitente para convertirse en un actor protagonista. Con Fernando Alonso aún comprometido con el proyecto y una estructura técnica reforzada, el equipo de Silverstone se ha propuesto luchar por todo en la próxima etapa.
La llegada de Adrian Newey como jefe de equipo marca un punto de inflexión.
A sus 67 años, el británico se pone al frente de un proyecto que aspira a llevar a Aston Martin a lo más alto del automovilismo. No será fácil, pero su historial de éxitos con coches campeones le avala.
Lo que antes era una apuesta, ahora es una certeza: Aston Martin se entrega a Adrian Newey y le concede plenos poderes para dirigir su futuro deportivo. Y con él al mando, todo parece un poco más posible.
